Imagino que cuando bandas como Nashville Pussy se retiren, lo que esperamos que todavía suceda en bastantes años, nos daremos cuenta de la dimensión que tienen en la música actual y la fortuna que tenemos al poder verles con cierta asiduidad en nuestro pais, ya que nada menos que seis fechas en España jalonaban su gira europea donde siguen presentando su recopilatorio «Ten years of pussy». Elegimos su concierto en Sevilla en la coqueta Sala Fanatic que se celebró el viernes 24 de noviembre de 2017 ante unas cien personas que se dieron cita en la noche hispalense, que comenzó con más de una hora de retraso, por lo que cuando deberían empezar los estadounidenses, los que aparecían sobre el escenario de la Fanatic eran los barceloneses The Lizards, un trío con dos discos en el mercado, del que venían a presentar su último «Road to anywhere», punk-rock fresco y descarado donde destaca la bajista Judith, todo un ciclón en escena acompañado de la voz y guitarra de Carla y la batería de Edgar. Poco más de media hora donde sirvieron de perfecto aperitivo para el plato fuerte de la noche.
Y pasadas las doce de la noche aparecían por la pasarela de entrada el líder Blaine Cartwright con su sempiterna gorra de STP, flanqueado por la bajista Bonnie Buitrago y su esposa y guitarra principal Ruyter Suys ataviada por un curioso sombrero de castor quienes perpetraron una hora y veinticinco minutos de puro rock and roll, una explosión sureña a toda velocidad, con las Gibson de Cartwright y Suys bien calibradas, aunque vimos a esta última menos alocada que en otras ocasiones, solo escupiendo alcohol y arrojándose a tocar los solos en el suelo en la parte final de la actuación. En las cuerdas la única que no utilizó Gibson fue la bajista, la californiana Bonnie Buitrago con Fender. Tras la curiosa intro con el «Así habló Zaratustra» de Richard Strauss en versión «funky», las hostilidades se desataban con «Everybody´s fault but mine» de su último álbum de estudio «Up the dosage», del que tocarón un mayor número de canciones, como el tema homónimo, «Pillbilly blues», «Pussy´s not a dirty word», donde presentaron a la banda y se despidieron antes de los bises, «Rub it to the death» y «Till the meat fails off the bone». Del anterior «Get some!» pudimos escuchar en la madrugada hispalense «Going down swinging», «Good night for a heart attack» y una aclamada «Hate and whiskey», casi tanto como clásicos como «Piece of ass», «I´m so high», «Go to hell» o los bises con «Strutting´ cock», «Why,why, why» y «Go motherfucker go», además de ofrecernos un tema nuevo como «We want war» y la versión del «Can´t you see» de The Marshall Tucker Band, junto con un par de solos de batería y guitarra. Una noche de diversión, fiesta y rock & roll en estado puro y toda una celebración por tener la fortuna de poder ver casi todas las temporadas a un icono del rock, con sus toques «hard», «punk» y sureños.
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