Nunca es tarde si la dicha es buena y siete años han tardado los de Igualada en grabar su segundo disco, pero valgan todos los dioses del rock and roll, que escuchando este «Full moon» la espera ha merecido la pena, porque Black Kiss Superstar se han marcado un disco de tomo y lomo, de esos que te dejan con ganas de más, a base de buenos riffs, influencias del rock de los setenta y personalidad, no cayendo en clichés ni repeticiones en las que se pierden tantas bandas que pretenden mantener vivo el legado de una forma de entender el rock. Eduard Bisbal, voces y guitarras, Quico Tretze al bajo, Xose Cordero a la batería y Cels Burgués a la otra guitarra, nos ponen en bandeja (la de nuestro reproductor de cds) trece canciones con una buena producción y momentos reconocibles como esa cabalgada final a lo Thin Lizzy de «Stolen Heart» por ejemplo.
Riffs marcados y cuidados, hard del que siempre nos ha gustado, en la inicial «Full moon» o esa fantástica «Mama where I go», que nos muestra a las claras las buenas ideas que manejan estos tipos. ¡Que bien suena «Nite shot»!, ese riff, la forma de cantar de Eduard, y una batería que le imprime la potencia necesaria y justa. «Cross the line» tiene un aire más southern al comienzo, y un riff abrasador. «Those crazy days» tiene un rollo muy rockero al igual que «Ride n roll», y es que BKS concede un papel muy importante a las guitarras durante todo el disco como hilo conductor de su música. Muchos nombres sobrevolaran tu cabeza, y seguro que no podrás dejar de moverte cuando suenen «Sex on the beach», con ciertos momentos a lo Foghat y un estribillo muy hard rockero. Cambian el ritmo en «Going down», mostrando un lado más crudo mientras que «Mezcal»crea la atmósfera para influir en tus sentidos.
Ese bajo toma cuerpo en «Loaded gun» frente a los riffs de guitarra, puro hard rock que te llevará a recordar aquellos tiempos por Sunset Boulevard. De nuevo el bajo en primera línea nos lo encontramos en «Narrow path», classic rock, potente, directo, descarado. Se acaba el viaje con «Funky business», y esos aires funk como contrapunto a un disco donde el rock and roll es la clave. Buen disco de una banda que da la impresión que en directo debe defender bien este repertorio, porque está hecho para ello.
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