Siempre que la música de Black Pussy entra por mis pabellones auditivos siento una sensación extremadamente placentera, me quedo prendadísimo de su Stoner accesible y cercano a sonoridades agradables cercanas al Pop y la Psicodelia más asimilable. Pues bien, he de concluir así, a las primeras de cambio, que estamos con este Power (2017) ante su disco más redondo, al menos en tanto en cuanto a personalidad se refiere. Si en algo pude echarles en falta con el ‘Bigote Mágico’ era, quizás, su clarísima dependencia al sonido de bandas como QOTSA, Brant Bjork y Monster Magnet. Medio año después, en el verano de 2015 (y un servidor sin saberlo) publicaron un E.P., Where The Eagle Flies (2015) en donde incidían en el Space Rock y la Psicodelia 60’s dando cancha a las ralladas lisérgicas de los Monster Magnet más colocados y marcándose una impresionante cover del «Don’t Fear The Reaper» de Blue Oyster Cult.
Toma una ‘rebanada del Paraíso’ y ves catando el ‘Coño Negro’…
Dustin Hill y Adam Pike vuelven a estar de nuevo al mando y tras los controles (una pena que Hill tenga hivernando a sus White Orange desde 2013) de su nueva colección imbatible de canciones haciendo suya más que nunca la etiqueta de Heavy Psych & Stoner Pop & Boogie. Los de Portland, Oregon, han pulido más que nunca su sonido y su personalidad, ya no suenan tanto a unos o a otros, suenan a ellos con cortes más personales caso de «Full Tilt Boogie» y su adictivo estribillo poppie, «The Way I Want You» (muy 13th Floor Elevators) o «Girlfriend» que suena tan a psicodelia pop 60’s que asustan por su autenticidad. Dustin se ha desecho por completo de filtros en su voz y creo que es de agradecer, ya no suena tan a Ozzy o al cantante de los madrileños Psilicon Flesh y, aunque algunos su timbre se les haga un poco cansino y lánguido hay que pensar que con cortes como «I Wanna Get High» o «Slice Of Paradise» no estamos hablando de tormentas desérticas precisamente sino de ritmos bailables y ‘groovies’ que hace muy agradable ‘el viaje ácido’. Aún así, las influencias siguen ahí y «Take You There» y, sobre todo, «Parasols» siguen muy cercanas al círculo de confianza de Josh Homme, así como ese riff tan molón y boogie tan característico de Brant Bjork que se intuye en el bailongo «Slice of Paradise», a pesar de tener unas melodías muy distintas, o los space rockers «Home Sweet Home» e «Indians», los más ‘rocosos’ del conjunto en donde alucinariamos en colores si el mismísimo Wyndorf metiese algún fraseo o uno de sus reconocibles’Yeah’s’.
En conclusión, un disco perfecto, divertido y optimista para este verano que ya toca a su fin y que, junto con los The Monster Ones, son idealess para amenizar las últimas veladas en chiringuitos, pufetos y terrazas con sus tonadas desenfadadas y divertidas (los Monstruos) y los ritmos más boogie/funk negroides con tufo a Desert Rock gracias a los Black Pussy. Atención a los videoclips porque el montaje es brutal y se los curran muy mucho…
(CLIP) https://www.youtube.com/
Háblale a tu DJ más cercano del ‘Power’ del ‘Coño Negro’ y verás…
0 comentarios