El viernes 2 de junio de 2017 era la fecha programada para la descarga de SLAYER en Madrid ante una Sala La Riviera que presentaba un excelente aspecto, ante un público enfervorizado esperando lo que puede ofrecer uno de los cuatro grandes del «trash metal», junto a Metallica, Megadeth y Anthrax.
Antes de los estadounidenses llegaban los albaceteños ANGELUS APATRIDA, uno de los mejores exponentes del metal patrio y que en sus cuarenta y cinco minutos de actuación y demostraron el por qué están en lo más alto de su trayectoria, aunque el sonido no fue tan limpio como en otras ocasiones en que hemos visto a los de Guillermo Izquierdo, David G. Álvarez, José J. Izquierdo y Víctor Valera. Temas como «Of men and tyrants», «Give em war» o «You are the next» calentaron lo suficiente la espera al plato fuerte.
Con puntualidad comenzaban su actuación los californianos donde se comprobó el excelente momento en que se encuentra la banda que sigue presentando su último trabajo titulado «Repentless», en nuestra opinión de los mejores discos hechos por SLAYER en años. De hecho, con el tema homónimo empezaba una hora y media en la que dejaron claro que lo suyo es la contundencia y la brillantez, apenas comunicando con el público, enlazando un tema tras otro. Un repaso a toda su antológica discografía, sin olvidar el álbum que presentaban, bien por el telón con la portada de fondo, cambiado en la parte final por otro con el logotipo del grupo y temas, además del mencionado «Repentless» como «Pride in predujice», «Take control», «When the stilness comes» y «You against you», a los que hay que sumar una pléyade de cortes innolvidables para todo buen seguidor de los norteamericanos como «Born of fire», «Haloowed point», «Season in the abyss», «Fight till death», «Mandatory suicide», «Disciple» o «Hate worldwide«, bien ejecutados con un Tom Araya bien de voz e impresionante al bajo, aunque el lucimiento en las cuerdas sean para las seis de la B.C. Rich del siempre apabullante Kerry King. De los nuevos, convenció Gary Holt que es un más que digno sucesor a Jeff Hanneman y Paul Bostaph es un batería excepcional pero echamos de menos la pegada de Dave Lombardo.
Eso sí los mejores momentos se vivieron con canciones como la celebrada «Dead skin mask» y un final en forma de bises donde empalmaron buena parte de la mejor muestra de su repertorio y así con «South of heaven», «Raining blood», «Black magic» y «Angel of death» que nos dejaron, literalmente, para el arrastre. Me hubiese gustado que interpretaran «Bloodline» (como sucedió el año pasado en su paso por el Barcelona Rockfest) pero aun así el repertorio fue apabullante y pienso que casi todos los presentes salieron convencidos de lo que habían ido a ver. Años y años de duro trabajo contempla a SLAYER pero a pesar de los rigores de la edad, el fallecimiento de Hanneman y la marcha de Lombardo sigue siendo una maquinaria perfectamente engrasada.
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