No es que sea yo un especialista en el cine de terror, pero si un gran aficionado y me da la sensación de que ha ido buscando diferentes sensaciones en el espectador desde hace tiempo, ha pasado del miedo a lo desconocido al terror instalado en la cercanía, a la inquietud de descubrir que ese vecino tan educado que te saluda cada mañana en el portal, en la penumbra de su hogar, más allá de la mirada indiscreta del vecindario es poseedor de una cámara de los horrores.
El cine de terror ha pasado del susto milimetrado e incluso la tensión en la atmósfera general por buscar la repulsión, la reacción visceral del espectador. Si hubiese que nombrar tres películas perturbadoras que se han convertido en santo y seña de esta forma de miedo, podría hablar de The human centipede, A serbian film y Martyrs. Si la primera busca la transgresión a través del sadismo instalado en la mente humana, la segunda explora el ¿mito? del cine snuff, la tercera ahonda en la venganza como llave que abre la puerta del horror.
Y es precisamente esta cinta francesa, la que homenajean los algecireños R.O.L.F. (Remembrance Of Lysergic Funeral) en el primero de una serie de ep’s centrados en distintas películas de terror. Dos camiones y una impactante portada que abren la puerta de su cenagoso sludge/doom para tratar de perturbarnos a través de sus ritmos, después del gran sabor de boca que dejó su larga duración «Es un hermoso lugar para morir». El infierno particular que la banda nos ofrece tiene como primera estación de penitencia la canción «Las huellas de mi otro yo», poderoso, con un ritmo contundente del que la guitarra se encarga de mantener como santo y seña. La segunda canción es una muestra del paroxismo del que la banda es capaz, brindándonos intranquilidad durante 27 minutos dejan florecer toda su capacidad mostrándonos diferentes estados de animo transmutados en acordes ayudado por pasajes de la propia película, una obra en si para disfrutar al máximo de su densidad. Gran trabajo de una banda muy interesante y un gran trabajo el de Yaiza, Fernando y Mateo.
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