Con un cambio de formato con respecto al anterior paso por la capital, contaba con un cuarto componente sobre las tablas, que se encargaba de las teclas y segunda guitarra, Joanne Shaw Taylor nos presenta su brillante último trabajo, “Wild”.
Y con temas nuevos arranca el show, escogiendo un sonido limpio, elegante y siendo fiel a su versión de estudio, “Dyin To Know”, “Nothin’ To Lose” y “No Reason To Stay” sonaron perfectas, sonidos menos duros, rock con algunas influencias de soul. Que conjugan a la perfección con temas anteriores ya parte de su repertorio, como “Diamonds In The Dirt” o “Tried, Tested and True”. Pero Joanne también maneja con maestría temas con sonidos potentes, ritmos duros, y temas como “Jump That Train” o “Tied And Bound” se mezclaban en el set list, con los nuevos, aportando los momentos más enérgicos del show. Cabe destacar la parte media del show, momentos de sonidos blues-rock, con la interpretación de “Watch’ em Burn”, tema rítmico y fuerte, y el slow blues “Time Has Come” en ambos dando rienda suelta a su guitarra, consiguiendo vítores y aplausos en varios momentos de su ejecución, cosa que ya se continuo hasta el final del show siempre que la británica nos regalaba momentos mágicos con su guitarra. En aproximadamente hora y media de concierto, Joanne demostró que su juventud no es un problema, tiene claro lo que quiere y sabe a la perfección como hacerlo.
Sonido excelente, la banda suena compacta, Joanne con su particular voz rota, y sus magníficos solos, que nunca llegan a cansar, interpretándolos en ocasiones con una alta carga de feeling, o arrolladores y repleto de fuerza y pegada. La única pega que se le puede poner al show, es que no llego a vender todas las entradas, y la sala no estaba llena.
Fotos cortesía de Oscar de Vega, de Ruta al Rock
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