“Caramelos, Refrescos y Rock & Roll”, si metemos chicas por medio, parece un nuevo tema de Steel Panther, pero no, es el eslogan de algún concierto de rock familiar, para todos los públicos, que me encontré anunciado en una sala madrileña.
Los que somos padres y nos gusta el rock, habitualmente comentamos que educaríamos a nuestros hijos escuchando rock, o sus variantes, pero ¿qué es lo que ofrece un espectáculo familiar de Rock & Roll dedicado a los niños?. Como resumen, es una pequeña “chapa” sobre la historia del grupo, con un tono bajo para entretener a la “chavalería” y música con una potencia moderada, o incluso en acústico, por si entre la audiencia hay “críos” pequeños no reventarlos los tímpanos (aunque no sé que es peor si la potencia musical, o el trato delicado y suave como si fueran retrasados mentales (con todos los respetos a los disminuidos psíquicos, ya que en estos tiempos de habla políticamente correcta, hay que andarse con ojo con lo que se escribe).
Lo que es real, es que ofrecen rock, dentro de un sector colapsado por payasos, animadores metidos a cantantes, o imitadores de esos mismos grupos, pleno de marketing generado hacia el mundo infantil, con la venta de sus DVD´s o CD´s, conciertos en teatros a precios de espectáculo de Broadway, y que en televisión, guarderías y reuniones de cumpleaños con niños es lo que escuchan o se les pone (habitualmente), cualquiera que haya sufrido una fiesta de este tenor sabe de lo que hablo, entre canciones con tazas, teteras, cuchara y cucharón. Lo bueno de estos conciertos “rockeros” infantiles es que cuestan menos de la mitad que los cantantes-animadores-payasos de toda índole, aunque por el auge de estos nuevos espectáculos, ya se publicitan por las webs o cartelería en la calle, y se venden las entradas en puntos de ventas habituales de internet con sus “graciosos” gastos de gestión.
Es una buena forma de que los niños puedan descubrir y abrirse a una nueva forma de cultura, porque todas las mañanas de sábado o domingo tienes alguna sala del territorio nacional que te ofrece un show para niños, con el gancho a los padres de tomarse una cerveza con amigos buscando un plan conjunto (en múltiples casos de hombres divorciados con el crío de fin de semana), aparte de que la selección de grupos es muy amplia, desde los más clásicos como Beatles o Rolling Stones, pasando por los grandes del hard rock, o metal como ACDC, Metallica, Guns&Roses o Iron Maiden, incluso del rock urbano como, Rosendo, Leño, Extremoduro o Platero y Tú.
Lo que me preocupa de todo esto es que hace cinco años eran bandas muy concretas que iban a una sala y lo hacían versionando canciones clásicas de sus respectivos gustos musicales, o con sus propios temas, que seguramente los niños ya conocen porque sus padres (utilizo el neutro padres, en vez de padres y madres. Lo explico, a ver sí alguien se va a enfadar) se los ponen en casa, pero era algo esporádico e incluso gracioso, pero ahora han florecido como las alergias en primavera, y están copando el mercado matinal del fin de semana con los tributos para niños, y aquí surge las preguntas de ¿si todo este Marketing es para educar a los niños en una nueva cultura más rockera?,¿ o va dirigido a padres para poder hacer negocio con ellos?. Por los precios de la entrada me inclino por la segunda pregunta, ya que en otros ámbitos no se suele colocar unos “tickets” tan elevados, con la excepción del fútbol que también es caro, aunque, como ejemplo, un equipo de fútbol de la tercera división como el madrileño Unión Adarve inició una campaña orientada a que los padres llevasen a los niños al campo con partidos los domingos a las once y media de la mañana al bonito precio de un mísero euro (estupenda forma de revelarse contra el fútbol moderno).
Lo que está claro, es que la infraestructura a la que está sometida esta nueva forma de escuchar Rock, va hacia puntos de marketing y negocio, aprovechándose del tirón o las modas de otros sectores musicales infantiles, con la misma disposición y forma de pago que esos cantante-payasos que se aprovechan de los clásicos de los Payasos de la tele.
Lo que es innegociable es que aunque sean “Los Cantajuegos” del Rock y en muchas ocasiones la calidad es bastante baja, o siendo marketing, negocio, o hecho para un tipo de progenitores para poder acercarse más a sus hijos, es rock y no seré yo quien juzgue a nadie por enseñar cultura musical de un padre hacia sus vástagos (¿o sí?).
He leido tu artículo y alguno antes del pasado en Madrid y me suelen gustar bastante.
Aunque estoy de acuerdo en varias cosas que escribes otras no. Creo que es un buen plan para ir con los chavales y a un precio económico si lo comparamos con los cantajuegos.
Gracioso lo de comparar el Slogan con canciones de los Panther ;-P
Para llevar a mi hijo a un sitio asi prefiero llevarmelo d concierto. Hay sitios donde firmando una atorizacion dejan entrar a menores. Y mas cuando encima te piden un riñon por entrar!!
Aupa rock&roll!!