Reconozco que enfrentarse a este segundo disco de los barceloneses Moonloop es un desafío en toda regla. Porque precisamente estas últimas es lo que ponen al límite continuamente con sus canciones, en las que se niega a alinearse en una circunstancia concreta con la que afianzar las miradas de una determinada base de seguidores de un género. Su base sigue siendo la de un death metal agresivo y altamente técnico, precisamente ahí es donde sobresalen sobre la mayoría, debido a la calidad no solo de sus composiciones, sino de los interpretes. La simbiosis perfecta entre el death y el progresivo se da la mano en cada una de las canciones de este «Devocean», una continua vía férrea al borde del abismo. El disco se abre de forma directa con «Megalodon» y una omnipresente línea de bajo, junto a la voz gutural que ejerce de ariete entre las continuas diabluras de la guitarra de Eric Baulenas.
Nightmare gallery» se fija en una estructura de thrash de maneras actuales, mientras las guitarras continúan poniendo ese punto de distinción. «Zeal» es una muestra clara de esa dualidad que la banda es capaz de poner sobre el tapete, con una primera parte más orientada hacia el metal progresivo hasta que ese cambio mete la directa hacia sonidos más contundentes, capitaneados por una batería que se propone imprimir toda la potencia posible, mientras que las voces se alternan entre momentos guturales y otros limpios. Una gran canción. «Expired kings» se convierte en la canción en la que dan rienda suelta a su creatividad sin ponerse barreras, con una ejecución perfecta. «Medusa» comienza paseando por la frontera cercana al jazz, gracias a la preponderancia del bajo hasta que las guitarras comienzan a tomar partido, convirtiéndose en una canción que podría formar parte de los mejores discos de Satriani en los 90, reforzando su faceta más cañera en el momento que entra la voz, donde vuelve a los diámetros de la banda.
«Oceans» se desmarca del sonido del resto del disco y se acerca más a lo que Eric Baulenas nos presentó en su disco en solitario. «Interglacial» vuelve a los parámetros del death técnico, o progresivo, como lo queráis llamar. «Origin» pone punto y final a un muy buen disco de los catalanes que muestran a las claras sus credenciales, en una grabación en la que destacan en equidad la calidad técnica de sus componentes con su habilidad para componer y ejecutar canciones.
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