A estas alturas de la película, Krokus se han hecho a la idea de que nunca serán ya la banda de grandes pabellones que fueron en los 80, con aquel ya lejanísimo Headhunter, disco con el que se apuntaron a la moda heavy metal de aquellos tiempos, lo que quizá haya hecho olvidar a muchos que Krokus son una banda más bien de hard rock e incluso de rock and roll tirando a durete.
Ahora que las bandas famosas sacan sus discos de versiones (lo hicieron Iced Earth, Styx y Overkill entre muchos otros), ellos se destapan con su propia visión de las canciones que les marcaron en sus primeros años como músicos.
Lo cierto es que algunas de las versiones quedan un poco fuera de lugar para el sonido de Krokus, como le sucede a “The house of rising sun” de The Animals; pero otras quedan muy aparentes, como la extraña versión de apenas un minuto y pico que hacen de “N.I.B.” de Black Sabbath, un grupo al que todas las bandas de hard rock de los ochenta y posteriores han de reconocer como influencia. También les queda muy bien “Born to be wild” de los norteamericanos Steppenwolf, que ya incluyeran hace años en uno de sus últimos plásticos y que está considerada una de las primeras canciones heavy metal de la historia.
Sorprende, por otra parte, que no hayan metido ningún tema de ACDC, banda que les influyó tanto en su sonido que en aquel One vice at a time de principios de los 80, Krokus parecían una fotocopia de ellos. Un poco desangelada resulta la canción de Neil Young “Rockin on the free world”, una de las más rockeras de su repertorio pero que en manos de Krokus no la vemos con una ejecución muy acertada. Sin embargo, la cosa se arregla con “Gimme some lovin” de Spencer Davis Group, un clásico del rock and roll de todos los tiempos que Krokus revisitan con gusto y clase.
La que queda muy propia es “Whole lotta love” de Led Zeppelin, no en vano Marc Storace reconoce a Robert Plant como una de sus referencias a la hora de cantar. El estilo de ambos, salvando las distancias, no es tan distinto si bien se piensa. Además, el tema es un clásico del hard rock, campo dominado de sobra por Krokus.
Un poco fuera de lugar queda el clásico “Summertime blues”, los arreglos para convertirlo en un tema de hard rock no son demasiado acertados. La verdad es que han hecho un pequeño destrozo con la canción, pero bueno, ya les pasó a Judas Priest con aquel olvidado “Johnny be good” del LP Ram it down y nadie puso el grito en el cielo. Pelillos a la mar. Incluyen también un tema de Bob Dylan y otro de los Stones y el redondo se cierra con una composición propia regrabada para la ocasión.
En definitiva, un disco curioso, ni muy acertado ni una metedura de pata, pero esperamos con curiosidad el próximo trabajo de estos suizos que parecen querer morir con las botas puestas.
A mí siempre me recordó mucho Krokus a AC/DC, influencia la cual es muy evidente. Recordar que Krokus en esto de los cover no viene de ahora ya que llegaron a hacer algunos de The Guess Who el famoso “American Woman” que si no me falla la memoria también versionará Lenny Kravitz años más tarde.