Me ha pillado por sorpresa y a contrapié el último trabajo de Trent Reznor, he de reconocerlo. Me había confiado después de su Hesitation Marks de 2013 y de sus proyectos con Atticus Ross tanto en How To Destroy Angels como en sus incursiones en bandas sonoras reconocidas y premiadas en lo más alto de la industria cinematográfica.
Me había relajado. Pero en el mundo de Trent Reznor, sobre todo a raiz de su fructífera asociación con Atticus Ross desde With Teeth (2005), todo son sorpresas cada dos o tres años, ya no es como en aquellos oscuros y kamikazes 90’s y principios del nuevo siglo en donde el líder de NIN tardaba una eternidad en ofrecer nuevas canciones y lidiaba con todo tipo de adicciones y demonios particulares e internos. Nuestro protagonista está limpio, tiene una sorprendente estabilidad sentimental y familiar (acaba de nacer su cuarto vástago…) y es por ello que se le nota centrado y creativo, probando cosas aquí y allá, pero siempre musicalmente inquieto y produciendo nuevo material que podrá gustar más o menos a sus ‘die hard fans’ entre los que me encuentro, pero demostrando que es un culo inquieto que no se conforma tan sólo con explotar sin gracia a los ‘clavos de nueve pulgadas’…
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Hay que rendirse ante la evidencia de que el señor Atticus Ross le ha venido muy bien a nuestro ‘atormentado’ favorito, no ha facturado trabajos tan redondos como antaño, ha publicado incluso cosas muy aburridas y prescindibles (los Ghosts only for fans y el plano e insustancial The Slip) pero esto le ha mantenido despierto creativamente hablando llevando en paralelo su proyecto electrónico (también con Ross) How To Destroy Angels y esos coqueteos con el cine tan productivos en premios.
Pero ha llegado el momento de engrasar la maquinaria del gran monstruo y que los rodamientos y poleas oxidadas vuelvan a funcionar a todo rendimiento para mostrar a un Trent Reznor muy certero en intenciones. Not The Actual Events (2016) no ofrece nada nuevo en el universo NIN, más bien es una revisitación bien entendida del imaginario de su sonido en toda su carrera, comprimido y compactado en cinco canciones y 21 minutos (se me queda corto, la verdad). Reznor no quiere involucrarse demasiado en la industria y sigue la extendida moda ultimamente de publicar E.P.’s en lugar de Long Plays.
«Branches/Bones» abre fuego con el tema más corto de la discografía numerada por ‘Halo’s’ y que revisita el punch y la agresividad de aquel «Burn» de Natural Born Killers. Las guitarras hirientes y la crudeza parecen volver, aunque esto no es Broken. «Dear World, « demuestra lo implicado y comprometido que está Trent en la situación socio-política mundial vistiendo un tema de proclamas y crítica de atractiva electrónica en la línea de Year Zero. Pasemos ahora a «She’s Gone Away» transportándonos a unas atmósferas opresivas y claustrofóbicas entremezclándose los atmosféricos Ghosts y «
«The Idea Of You» nos saca de la venenosa y densa niebla para sacudirnos un ‘sopapo’ en todos los morros con un tema directo y urgente, muy orgánico y rabioso (aquí tenemos a los parches a Dave Grohl) y redefiniendo por enésima vez el término ‘Rock Industrial’. El planteamiento de Broken y With Teeth han vuelto…¿Quizás con un nuevo «Wish»?, puede ser… El disco se acaba con «Burning Bright (Field On Fire)» en donde un Reznor en plan ‘spoken word’ escupe sus arengas de entre una muralla de denso sonido y bases machaconas destacando ese bajo hipnótico y distorsionado. Dicen que aquí colabora Dave Navarro. Será tatuando al personal porque no lo veo por ningún lado…
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En conclusión, Nine Inch Nails siguen más vivos que nunca, han vuelto con ideas frescas a pesar de ciertas revisitaciones que, al menos por mi parte, se hacían ya hasta necesarias para recordar el por qué este hombre fue y sigue siendo una de las mentes más inquietas del panorama musical.
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