Buen momento para recuperar la discografía y la historia de Kate Bush, una mujer fascinante de la música que en este país nunca ha gozado de notoriedad más allá de un núcleo de fans y entendidos que le otorga un culto fiel. A finales de noviembre saldrá a la venta un cuádruple disco en vinilo y triple cd que recogen los mejores momentos de las 22 fechas que ofreció en el Hammersmith Apollo de Londres, en 2014. Producido por ella misma se titula “Before the Dawn” y como curiosidad como en los shows que ofreció, estos discos se dividen en tres actos: grandes éxitos, una selección de su disco” Hounds of Love”, y en la parte final que se centra en su magnífico trabajo “Aerial”, también se incluye una canción inédita titulada “Tawny Moon” interpretada por su hijo. Aunque los conciertos fueron grabados en vídeo, no hay planes por el momento de publicarlos, algo que los fans lamentan mucho, ya que el aspecto visual en los pocos conciertos que ha ofrecido Kate Bush a lo largo de su carrera son algo único y primordial.
Mi historia de amor con Kate Buh empieza un día lluvioso de otoño de 1978 cuando hacia autoestop en una carretera comarcal de Andalucía en dirección Málaga, al cabo de unas horas una vieja furgoneta matriculada en Dinamarca se paró a recogerme. A bordo unos hippies que se dirigían a Marruecos, olor a pachuli e incienso además de otro olor familiar a marihuana. Aquellos hippies auténticos de pies a cabeza, tenían puesta una música jubilosa, fantasmal e embriagadora; pregunté como joven amante del rock de quien se trataba. La pasajera de rubia melena y de escote abismal, me mostró una cinta de casete con una portada ensoñadora: una bella mujer que parecía crucificada sobre una gigante cometa y con cierto aire japonés. Kate Bush, “The Kick Inside” rezaba sobre aquella tapa, todo ello en una tipografía que quería imitar y recalcar el aspecto asiático. Al llegar a mi destino, amablemente me regalaron la cinta en recuerdo de una amistad que curiosamente luego perduro unos años. Aquel casete sigue en mi posesión y con el simple hecho de mirarla esos viejos recuerdos vuelven a mi memoria.
“The Kick Inside” fue el primer disco de Kate Bush; salió justamente en 1978, en unos tiempos en que la música disputaba una lucha fratricida entre el punk y el disco/funk. Aquel disco, sobre todo por la voz tan personal de la Bush podía embaucar al oyente a un mundo de sueños y fantasías o por el contrario molestar y desagradar como una puerta chirriante, se podría decir que en aquellos tiempos era de esos discos que se consideraban difícil de escuchar por lo menos la primera vez y sobre todo para los oídos más obtusos y menos sibaritas. Por aquel entonces no había internet, ni tampoco una prensa muy especializada, aunque Popular 1 y Vibraciones eran mis lecturas habituales, pero la información siempre llegaba tarde y con bastantes errores. Fue años más tarde que supe que David Gilmour, dio un empujón a Kate en su carrera.
Kate nació en Kent un 30 de julio de 1958, en su casa la música y la literatura eran omnipresentes, sobre todo de la mano de sus dos hermanos, uno poseía una increíble colección de discos de folk americano y británico, y el otro escribía novelas y poemas, además de practicar la fotografía. Kate siempre admiro y se influencio de la literatura de Tolkien, James, M. Barrie, John Wyndham y de Oscar Wilde por citar algunos. Además de ávida lectora también era una adicta a ver en televisión toda clase de películas. En su colegio aprender música era una asignatura obligatoria por lo que eligió el violín, pero prefirió la poesía y sobre todo tocar el harmonio de la familia. Poco a poco Kate empiezo a cantar y a componer, su hermano John gracias a un amigo consigue que Gilmour se acerque a Wickham Farm, la casa familiar de los Bush. Kate aunque desprevenida canta para David, medio aterrorizada y avergonzada. Gilmour se queda petrificado y llama a Pat Martin y Pete Perryer del fantástico grupo Unicorn para que vengan a su estudio personal grabar junto a Kate, de aquella grabación salieron tres títulos: ”Passing Through The Air” que será más adelante cara B de “Army Dreamer” y dos otros cortes de los que no tengo constancia de los nombres. Gilmour satisfecho con lo ocurrido guarda contacto con Kate y en 1975 en los estudio AIR, bajo las ordenes de Andrew Powell grabaran; “Maybe”, “The Saxophone Song” y The Man with The Child in His Eyes”. Kate canta y toca el piano acompañada por un conjunto de cuerdas simplemente.
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Aquellas demos van a para a Bob Mercer director de EMI, David esta justamente finiquitando “Wish you Where Here” y Mercer no le puede rehusar nada a Gilmour, además ha quedado maravillado por el tema “The Man with The Child in His Eyes”. En 1976 Bush consigue un contrato, pero tiene que esperar a tener 18 años para que se hagan efectivos todas las clausulas. Pero consigue un adelanto de 3000 libras y EMI pagara además todos los gastos, a cambio de los derechos. Kate Bush tiene dos años delante de ella para completar y pulir su primera obra. Durante ese tiempo Kate estudia y practica para mejorar su voz, intenta vencer su timidez y empieza a practicar la mímica y las artes escénicas fijándose y tomando cursos de Lindsay Kemp, además de observar obras de Jean Genet al igual que hizo David Bowie años antes.
Tomará clases de la mano de Adam Darius y Robin Kovac, los cuales Kate les dedicara su tema “Them Heavy People”. Musicalmente hablando se rodea de Brian Bath en la guitarra, Vic “Nosmo” King en la batería y Del Palmer al bajo, bajo el nombre de K.T. Bush Band tocaran unos 20 bolos entre abril y junio de 1977 interpretando temas de su próximo primer disco y versiones de los Stones , Steely Dan, Marvin Gaye, Johnny Winter , Tina Turner, Free… Suerte tuvieron los que presenciaron aquellos conciertos en pequeños pubs, ya que Kate subiria a los escenarios raras veces a partir de aquel entonces. Habiendo llagado a su mayoría de edad, está lista para grabar “The Kick Inside” , que se grabará en seis semanas bajo la producción de Andrew Powell. Deberán elegir entre más de 120 composiciones que Kate escribió durante esos dos años. Los músicos se quedan pasmado del talento de Kate, pensando que era una grabación para otra cantante de pop del montón, Morrris Pert que había trabajado con Mike Oldfield y John Martyn entre otros, es el primero en quedarse sorprendido por el talento de una chica tan joven. Al final quedara una combinación perfecta, en la cual la particular voz de Kate se apoya en una producción donde caben pianos, violines, guitarras, tragedias, amor.
Un botón de ello es el single que se extrajo del disco “Wuthering Heights”, inspirado en la trágica historia de amor de Cathy y Heathcliff de la novela “Cumbres Borrascosas” escrita por una de las hermanas Brontë. En un principio la compañía discográfica quería sacar “James and The Cold Gun” como single, pero Kate se empeñó en que fuese “Wuthering Heights”.
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Se convirtió en uno de los singles más exitosos en las listas musicales europeas, llegando a alcanzar el nº 1. El disco vendió mas de 250 000 ejemplares y consiguió copar las primeras plazas de éxitos en Inglaterra tanto en disco como en singles. Kate se convirtió en la primera mujer compositora/interprete femenina británica en llegar a dichos puestos en los “charts”, pero también le saldrán muchos envidiosos a partir de ese momento que intentaran sabotear su éxito, pero Kate demostrara tener mucho ojo con los negocios y siempre dejar lo más oculta posible su vida privada. Describir la música de este primer disco, como los otros que le seguirán es ardua tarea, es música que puede tardar en penetrar o bien calar a la primera nota, pero una vez dentro ya nunca más sale. Una mezcla de tristeza y alegría en cada nota, de embrujo, de melancolía, una música otoñal atiborrada de poesía con una potencia sin igual. Una música onírica cantada por el espectro de un ángel. Muchos aficionados a la música se quedaron solo en la superficie de lo que Kate Bush ofrecía con sus composiciones, sin llegar más lejos que oír de los singles que Bush lanzo. Aquello fue un graso error, ya que las verdaderas joyas estaban ocultas en el interior de los surcos de todos los temas. Pero con la música nunca es tarde para remediar los errores.
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