Hoy os traigo a Pupilandia el siempre esperado y fumeta nuevo trabajo de Brant Bjork, su nombre, Tao Of The Devil (2016), el undécimo disco como ‘solo artist’ de un músico al que admiro como pocos y que, siempre a la suya y buscando la difusión justa y necesaria, se está convirtiendo en todo un referente en vida de la música ‘desert rock’ más genuina y arraigada en los viejos preceptos que nacieron de aquellas ‘Generator Parties’ 90’s, y que dieron lugar al maremagnum estilístico en el que se ha convertido el ‘Stoner Rock’, de eso no hay ni existe una puta duda.
Nuestro protagonista de hoy, un tipo afable y cercano, siempre estuvo en los 90’s a la sombra de John Garcia y Josh Homme pero, a estas alturas, ha demostrado con creces que es el que se encuentra en mejor forma compositiva aunque no pise la alfombra roja de los Grammy’s como los QOTSA.
A pesar de las coletillas ‘Brant Bjork & The Operators’, ‘… & The Bros, ‘… & The Low Desert Punk Band’ o sin ellas, lo cierto es que nuestro protagonista es un ‘workaholic’ nato que no para de producir, colaborar y tocar con aquel que requiera de sus servicios y, bueno, su incontinencia compositiva también es conocida por todos porque no pasan más de dos años sin publicar disco y aquí tenemos, por fin, la continuación del imponente Black Flower Power (2014).
Metámonos en una polvorienta caravana y pongámonos en camino. «STACKT» IN!!!…
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Afrontar un disco de Brant es uno de los placeres más agradables que uno puede tener si te gusta todo lo que huele a ‘Desert Rock’ y Blues salido del mismísimo Rancho de La Luna. Bien es cierto que no empecé por Jalamanta (1999) como debí haber hecho en su momento, ni tan siquiera conocía su participación en los mejores discos 90’s de Fu Manchu, así que fue Gods & Goddesses (2010) el que me dió un ‘sopapo’ definitivo para ponerme al día con una discografía sin fisuras, a su rollo y con pocos cambios estilísticos, eso sí, pero con una calidad y una personalidad fuera de toda duda.
Hablando ya del disco que nos ocupa hoy, diría que hay un ligero cambio en la fórmula, Tao Of The Devil es mucho más fumeta, lisérgico y bluesero que Black Flower Power, con una sensación de ‘jamming’ constante y unos músicos fluyendo con sus instrumentos envueltos en una densa masa de humo ‘enmarihuanado’. Ahí están temas como el magnífico «Dave’s War» y el ‘bonus’ «Evening Jam» que rozan, incluso sobrepasan con creces, los diez minutos de ‘viaje flotante’…
Pero Bjork no ceja en su empeño de mostrarnos su vena más ‘arenosa’ y saturada y aquí tenemos los ejemplo pertinentes con los machacones y cadenciosos «Stackt» y «Luvin’
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El blues molón y cachondo, con un ‘groove’ irresistible que te mueres, también queda patente en «Humble Pie», incluso la atmósfera tan inquietante como hipnótica del tema homónimo, «Tao Of The Devil», y que recuerda el icónico Jalamanta, es uno de los grandes aciertos de un disco que no moverá lo más mínimo los cimientos de la personalidad creativa de Bjork pero que sigue proporcionádonos toneladas de placer ‘árido’ y emborrachado de sustancias varias…
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