Se suele dar últimamente, es decir, en los últimos tres discos de Rob Zombie incluido éste último, que los escucho siempre por las mismas fechas, osease en un intervalo tan definido como fortuito de quince días que van desde el último día de junio hasta el 14 o 15 de julio. Os juro que no es nada premeditado, de verdad, creo que el cuerpo me lo pide justo después de acabar los estreses de final de curso, como una especie de exorcismo instintivo que busca excesividad, surrealismo demoníaco, buenos riffs ‘groove metal’ y mucho, muuucho cachondeo…
Y este cachondeo y humor bizarro es con el que abriré la reseña del disco. ¡Dentro el ‘Dios Rockero Adolescente’!!!...
Me reconcilié con el Mr. Zombie con su anterior Venomous Rat Regeneration Vendor (2013) y es que le había cogido una manía de cojones a un tipo que sabe vender como nadie el producto pero que reniega de su etapa en White Zombie y que no quiere saber nada de sus ex-compañeros rebajándolos siempre que puede y afirmando que él siempre compuso la mayoría de temas, cuando en realidad fueron Sean Yseault y J. los hacedores musicales del invento. Bien, esto ya quedó atrás.
Venomous Rat… me encantó desde el principio, las incursiones ‘poppies’ habían (casi) desaparecido y los buenos temas y los riffs potentes y machacones se imponían en primer plano y, la verdad, creo que Rob se ha dado cuenta de esto y de que tiene a una banda acojonante cubriéndole las espaldas con John 5 (guitar), Piggy D (bass) y Ginger Fish (drums) pues vuelve a repetir la fórmula que tan buen resultado le dio en el disco anterior.
Pero antes una ilustración muy alusiva de lo que me provoca este disco. Hacía mucho tiempo que Rob no me sorprendía con sus siempre excesivas escenas dibujísticas… Para empezar, The Electric Warlock… es el disco más corto de la carrera del Zombie, ¡¡tan sólo 31 minutos!!, que son condensandos y exprimidos realmente en nueve pues tres son ‘interludios’ y pasajes atmósféricos bien en acústico (interesante «A Hearse That Overturns With The Coffin Bursting Open») o más ‘ambient’ con «Super-Doom-Hex-Gloom Part 1». De los temas de verdad, se vuelve a demostrar que por fin nuestro protagonista ha encontrado a los músicos que le convenían y los nueve cortes son muy divertidos y disfrutables, nada nuevo bajo el sol, eso sí, pero para quien ame el ‘groove metal’ de toques industriales que siempre ha facturado esta banda, alejado de ‘remixes’ y acercamientos erroneos al Pop, va a disfrutar de lo lindo con temas como «Satanic Cyanide!…», el cachondísimo single «Well, Everybody’s Fucking In A U.F.O.» o el clásico instantáneo en el que se convierte «The Life And Times Of A Teenage Rock Star» desde la primera escucha.
Como curiosidades concluiré con el acercamiento hip hopero ‘a la Kid Rock’ en «In The Age Of The Consegrated Vampire…» que parece parido para aquel Devil Without A Cause del rubio rapper y el oscuro y tenebroso ‘doom’ de «Wurdalak» que funciona muy bien como epílogo del disco.
En defintiva, un disco que, para estas fechas, es brutalmente disfrutable pues no se anda por las ramas ni ofrece experimentos ‘ambient’ que no llevan a ninguna parte, riff potente-estribillo pegadizo-samplers molones y a desparramar coñe!!!, que no se necesita nada más!!!…
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