Menudo sorpresón el que me llevé hace siete días en la costa del Maresme, en concreto en la playa de Calella, en un ‘chiringuito’ playero como cualquier otro, al encontrarme con parte de los Imperial Jade, concretamente con Arnau (cantante) y Hugo (guitarra) desplegando un setlist acústico para amenizar las ardientes sobremesas y tardes…
Todavía tenía en la mente (y en el cuerpo…) las sensaciones del 3er «Kick-Ass Festival» de la noche anterior con las descargas de La Enfermería y Motosierras y no esperaba encontrarme, ¡ni por asomo! a una de las bandas más especiales que han surgido ultimamente en nuestro país y que a este Pupilo le tienen completamente robado el corazón y el alma. Las coincidencias de la vida a veces son tan acojonantes…
El caso es que, tras un chapuzón, ya oía ciertos ritmillos de gente que parecía estar tocando versiones de clásicos en acústico y se me ocurre echar un vistazo en el chiringuito de marras con la excusa de pillar unos Magnum’s para la familia cuando, cuál es mi supina sorpresa, que en la espera de los ansiados helados reconozco a Arnau con ese vozarrón tan grandioso que tiene. No tardo ni un segundo en mirar quién le acompaña a la guitarra y reconozco clarísimamente, a pesar del ‘look’ playero de Los Angeles que se gasta, a Hugo. Bufff!, no daba crédito a la suerte que estaba teniendo maldiciéndome a la vez por no haber reaccionado antes y haberme perdido cuatro o cinco temas.
La pareja me confesó tras la actuación, además de algún secretillo inconfesable (…), que llevaban ya una semana haciendo una gira acústica por chiringuitos y hoteles, tocando incluso a veces dos ‘setlist’ en el mismo día y que van a llevar a cabo también todo el mes de agosto por la zona. Se les notaba la voz ya un pelín cascada, aún así, los cinco o seis temas que presencié sonaron a pura magia desenchufada a pesar de los ‘standards’ del Rock’N’Roll que tocaron, en muchos casos hasta improvisados por las peticiones de los allí presentes. Stones, Beatles, Floyd, Little Richard, etc,… sonaban con la expontaneidad y el empuje de unos músicos que apenas han rebasado la veintena y que se atreven con todo lo que le echen. Fuí muy pesado, lo sé, lo reconozco, pero casi hasta les obligué a que cerraran con un tema suyo propio pues hasta ese momento su humildad no les hizo desvelar aquello de: «Tenemos una banda y nos llamamos Imperial Jade…»
Un espléndido «Fire Burning Sound», de su obligadísimo debut Please Welcome (2015), cerró con mucha clase y talento personal la actuación de una banda que dejó más que boquiabiertos a los ‘guiris’ alemanes e ingleses que allí se ‘cocían’ con los caldos y las cebadas más refrescantes…
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