El lunes por la tarde me dirigía a la sala But para disfrutar de un concierto de metalcore por parte de una interesante banda estadounidense que volvía a la carga tras años de silencio, concretamente desde el 2010 hasta la reunión en 2014. El local de la calle Barceló, sitio que va cogiendo fuerza en lo de ofrecer conciertos viendo su cartelera de directos para lo que queda de año, era el lugar elegido para la toma de contacto con sus seguidores madrileños.
Con tiempo de sobra según lo reflejado en las entradas accedimos al evento, encontrándonos con la actuación de un grupo telonero, que no estaba anunciado en ningún lugar y que se encontraban a mitad de su intervención, esas cosas que no llegamos a entender e imaginamos que sería incorporación de última hora. Los Hide Abbey lograron animar al poco público asistente, en ese momento, con su Deathcore agresivo poniéndole muchas ganas y animando a los asistentes que iban llegando a la mítica discoteca de Tribunal. Solo pudimos disfrutar de los últimos cinco temas de estos barceloneses que agradaron con su entrega ante el publico
Pasadas las 10 de la noche salieron a escena los protagonistas de la noche. Los chicos de Orange County salieron bajo la ovación de un respetable que ya ocupaba la mitad de la sala aunque bien repartidos, aunque se nos antoja escaso, si bien un lunes laborable suele repercutir en el aforo.
Iniciaron la descarga de su repertorio con “Doomsday”, a los que siguieron “Right Side of the Bed” y “Becoming the Bull”. Su “frontman” y líder Alex Varkatzas intentó llevar a sus fans “en volandas” durante su actuación, animando a los espectadores en todo momento. Ya con la But entregada anunciaron uno de los temas de su disco de retorno “Long Live” y siguieron mostrando las dosis de su “rabia contenida” a su enfervorecida hinchada con “Ex’s and Oh’s”, “When Two are One” y “The Theft”, mientras su bajista Marc McKnight bajaba al foso para animar a los presentes mientras giraban a su alrededor. Tras la descarga pararon para cantarle cumpleaños feliz al batería-cantante Brandon Saller, que me sorprendió por lo muy bien que logra compaginar su papel de batería con la voz melódica en los temas que interpretan. Continuaron con “Creature”, “The Crimson” y “Do You Know Who You Are?”. En este momento pararon para anunciar el cover de Bon Jovi, “You Give Love a Bad Name”, y retirarse del escenario tras Blow.
Con el aliento de los allí presentes, volvieron al escenario para su último tema de la noche “Lip Gloss and Black”, momento que aprovechó el cantante para bajar hasta el técnico de sonido para delicia de los presentes que aprovecharon para fotografiarse con él. Después se despidieron tras una, breve, actuación de 70 minutos. Tal vez poco tiempo, ya que intuimos que se les demandaba más tiempo pero parafraseando el nombre de la banda, sacado del protagonista de “La historia interminable” de Michael Ende, debían dejar la librería del Sr. Koreander, la realidad transmutada en concierto para regresar a su Fantasía particular, convertida en la cálida california.
Texto: David Galeote
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