Esta mañana día 11 de Enero de 2016 iba camino del trabajo, mi segundo día de clases en el instituto. Tenía puesta la cadena KISS FM y me enteré de que David Bowie había fallecido tras una lucha de 18 meses contra el cáncer. Hace un par de días había aparecido su disco Blackstar.
He de reconocerlo, no he sido un gran fan de Bowie, pero valoro mucho su afán experimental y su enorme creatividad. Innovador hasta la médula.
Lo escuché en los 80, a la par que Peter Gabriel. Tengo en vinilo Scary Monsters, con la colaboración de Robert Fripp. Quien no recuerda «Ashes to Ashes», o «Fashion» por poner unos ejemplos.
Más adelante apareció Let’s Dance, con temazos como «Modern Love», «Let´s dance» o «China Girl» entre otros.
Casualidad. Hoy al abrir la caja de su disco Heathen resulta que tenía dentro The Next Day, su penúltimo album, que por cierto he regalado estas pasadas Navidades a un familiar. Lo voy a escuchar con “atención”.
Heathen también me gustó; «Slowburn», una gran canción.
Aficionado como soy al rock sinfónico me acordé de la versión que hizo Peter Gabriel sobre el tema «Heroes», tanto en su disco Scratch My Back, (por cierto Bowie no le devolvió el favor), como sonando en Madrid, allá por el 2012 cuando Peter Gabriel se acercó por estas tierras en su versión orquestal.
El mundo de la “buena” música o de la MÚSICA con mayúsculas está de luto. Nos ha dejado el maestro de los maestros, el rey de reyes, el incombustible Bowie. El Camaléon.
Volveré a Bowie , puesto que desconozco mucha de la música que hizo. Eso seguro.
¡TE ECHAREMOS DE MENOS!, ¡SE HA IDO UNO DE LOS GRANDES!
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