Carrie & Lowell sale en prácticamente en todas las listas de los mejores discos del año, y ciertamente es una merecida recompensa para Sufjan Stevens.
Sufjan Stevens se dio a conocer en el mundo entero a raíz de su disco Illinois en el 2005, pero ya tenía a sus espaldas cuatro discos, uno de ellos el espléndido Seven Swans, que recopilaba los mejores temas de su primeriza etapa. Luego con Michigan y Illinois decidió embarcarse en un alocado proyecto en el que dedicaría un disco a cada estado de américa. Proyecto al que se refiere ahora con cierta ironía. El sector más “moderno” se hizo cargo de otorgarle cierta reputación por estos lares, pero también eso hizo que otro sector de amantes de la música que son alérgicos a todo lo que los indies o hípster tocan o gustan. Aquí es donde las etiquetas y sectarismo tienen una nociva percepción de la realidad, ya que Sufjan Stevens ni es indie, ni hípster; es simplemente un músico como la copa de un pino que saca unos trabajos siempre esplendidos que abarcan un espectro más amplio que las simples tres notitas de rigor.
Con este nuevo trabajo Sufjan vuelve a transitar por sendas similares a las de sus comienzos; un trabajo atiborrado de melancolía, en parte debido la gran depresión que sufrió por la pérdida de su madre, y con una caída en las drogas. Un repertorio de canciones donde dolor personal y la belleza de la tristeza van de la mano recorriendo fantasmagóricamente el disco, con composiciones sentidas y inteligentes rociadas de un folk etéreo y bucólico, por momentos minimalista.
El banjo, las guitarras y el ukelele acompañan su frágil voz, quebrada por el latente dolor. Temas tremendamente conmovedores donde los sentimientos junto a la alegoría religiosa desprenden un anhelo de querer compartir ese dolor: ”Death with Dignity”, “Should Have Known Better”, “Fourth of July” te dejan exhausto a pesar de su sencillez. Ninguna necesidad de florituras o arreglos pomposos para impregnar las composiciones de sinceridad. “The Only Thing” tiene algún atisbo de luz y felicidad, pero es solo un espejismo. Carrie and Lowell es el diario de Sufjan, desnudando su alma al oyente que quiera abrir su corazón y tenderle una mano alegórica.
Un disco devastador donde la muerte, la depresión, el suicidio y el recuerdo se dan la mano, exorcizando sus demonios interiores en una especie de catarsis musical. Un trabajo monumental no apto para almas al borde del precipicio. Evidentemente el título hace referencia a su madre Carrie y a su padrastro, Lowell.
Me encanta este disco desde la primera vez que lo oí, es increíble como Sufjan logra plasmar sus sentimientos de esta manera, tan personal. Gracias por la nota y la información. (: