Qué un grupo se atreva a venir de gira 5 meses de haber tocado en un festival en la misma ciudad (o casi, estuvieron en el Rock Fest en Santa Coloma de Gramanet en julio), no es muy habitual. Y si encima desde el 2013 van repitiendo cada año, diríamos ya que es un rara avis. Pues esto es lo que ha hecho Europe, visitarnos con una frecuencia inusitada. Y por el buen ambiente que había en la sala grande de Razzmatazz, con ganas de repetir. Europe se han labrado una buena base de fans en la ciudad condal, de todas las edades, que disfrutan con su buen hacer encima los escenarios. Ya quedó atrás su etapa ochentera de crepados y pop para teenagers, de la que musicalmente afortunadamente no reniegan. Ahora más maduros y experimentados nos deleitan con su rock en mayúsculas, con muy buenos discos los facturados en los últimos años.
Y con la excusa de presentarnos su último álbum War Of Kings, nos visitaron en su penúltimo show antes de terminar al día siguiente en Grenoble (Francia) su gira en este 2015. Tengo que decir que desde su reunificación he estado en todos sus conciertos realizados en Barcelona, y nunca me han defraudado en absoluto. En el Rock Fest su set fue corto, y todos esperábamos disfrutar más tiempo ahora ya como cabezas de cartel. Buena entrada en la sala, sin llegar a los agobios de otras ocasiones.
Para calentar el ambiente empezaron los Dirty Thrills, grupo que tuvo bastante apoyo por parte de la concurrencia. Su rock macarra y psicodélico gustó bastante. Músicos jóvenes (el grupo se creó en 2012) y con buena actitud, consiguieron conectar con el público. Con dos EP y un álbum en el mercado, se dieron a conocer por nuestros lares, y fueron despedidos entre aclamaciones y aplausos. Había ganas de fiesta y aún faltaba el plato fuerte de la tarde-noche; qué tiempos aquellos en que llegaba a casa a las 3 de la madrugada por culpa de acabar tarde los bolos. Ahora, sobre todo los fines de semana, a las 23:00 h la sala ya tiene que estar despejada de gente para limpiarla y prepararla como discoteca. Eso hace que los conciertos empiecen muy temprano, desgraciadamente muchas veces para los teloneros.
Con las luces encendidas se cambió el escenario, con un telón de fondo con el logo del grupo y el nombre de su último álbum, muy aplaudido cuando se izó. Completaban la ambientación unas telas cubriendo los altavoces simulando un tablero de ajedrez, portada de su último álbum. Como ya he comentado anteriormente, el público era muy heterogéneo: grupos de chicas jóvenes convivían con roqueros cuarentones, parejas de todas las edades e incluso algún padre con hijos de 12/13 años; todos en comunión, expectantes ante lo que se nos avecinaba. Y, puntualmente a las 21:00 h, se apagaron las luces, se llenó de humo el escenario y aparecieron Europe empezando con dos temas de su último ábum, el potente tema que le da título War Of Kings y Hole In My Pocket, a los que siguió la conocidísima Superstition.
Para Joey Tempest el tiempo no parece pasar. Aunque a los mayores agudos ya no llega por la edad, conserva una voz muy cálida y potente y, sobretodo, reconocible. Es uno de los grandes cantantes y frontmen que existe en la actualidad, sin parar de moverse en todo el concierto, con posturitas propias de sus años mozos, muy sonriente y agradecido con el público, dando las gracias en diversos momentos de la noche. Incluso se atrevió con algunas palabras en catalán que provocaron muchos aplausos. También se atrevió con la guitarra en algún tema. Indiscutiblemente la gran estrella de este grupo.
Buena nota también para John Norum. Muy estático en su lado derecho, es un auténtico guitar-hero, con sus solos melodiosos llenos de técnica. En la instrumental Vasastan dejó patente esta faceta, en la que se le nota muy cómodo, siempre concentrado. Además el sonido acompañó durante toda la velada, distinguiéndose bien las voces y los solos.
Después de Wasted Time y de Last Look At The Eden llegó temprano Carrie, la sexta de la noche, que al contrario de otras ocasiones en las que Tempest la interpretó él sólo con su guitarra, esta vez sonó tocada por todo en grupo y por el público, al que Joey hacia cantar el estribillo a capela. Uno de los momentos para recordar. Muy ameno el set de los suecos, con canciones de varios de sus álbumes. Tocaron entre otras Firebox (De Bags Of Bones), Sign Of The Times (de Out Of This World) o The Beast (de Last Look at The Eden).
Buen juego de luces, que hacía más vistoso el resultado. John Levén, muy seguro al bajo, camisa a cuadros desabrochada encima de una camiseta oscura y sus inseparables zapatillas de suela blanca, miraba fijamente a la concurrencia cada vez que se acercaba al borde del escenario. Y Mic Michaeli, parte fundamental del sonido del grupo, no se movió de su sitio al lado de sus teclados y sintetizadores. Ahora con barba, gafas oscuras y sombrero vaquero, su imagen actual parece la de un músico de rock sureño estadounidense.
Llegó el momento del solo del, para mí, excelente batería Ian Haugland. Esta vez con el sonido pregrabado de la obertura de la obra de música clásica Guillermo Tell de Rossini interpretó un solo divertido, potente y vigoroso. Otro de los momentazos de la noche se produjo cuando el público empezó a corear el típico oeoeoe futbolero y la banda se unió a ellos tocando; en un momento dado cambiaron la música a la Seven Nation Army de The White Strypes y la gente se quedó coreando el tema un buen rato a capela otra vez mientras Tempest se sentaba en la batería sonriendo para levantarse posteriormente y con su móvil grabar la escena.
Quedaba la recta final con Let The Good Times Rock, Rock The Night y Days Of Rock’n Roll (¡Hasta 7 canciones tocaron de su War Of Kings!), excelente tema con el que abandonaron el escenario. Y volvieron para un único bis: evidentemente el archiconocido y esperado The Final Countdown, que puso patas arriba a toda la sala. Coreada por los presentes, una vez terminada se despidieron con lanzamiento de púas y baquetas.
Hora y tres cuartos de concierto, que pasó como una exhalación. Gran estado de forma del grupo, que sigue facturando buenos álbumes y buenos conciertos.
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