Lo que son las cosas, pero este último tramo del año, está siendo brutal para mi en cuanto a discos. Tanto por los que se están editando en los meses finales de 2015, como en los que por acumulación, han ido pasando con retraso por mis maltratados oidos. Habrá quien considere que ya no se hacen buenos discos, quien piense que la cosa está cortita, pero a mi, que sigo disfrutando de esto como el primer día, como la primera vez que un disco de Judas Priest me cambió para siempre, estoy que no quepo en mi, ¡coño!. Puede que Galicia no vuelva de momento a disfrutar de un SuperDepor, parece ser que Los Suaves dicen adiós, y a ver si Yosi consigue llegar entero al último concierto, aunque supongo que el marisco seguirá siendo de puta madre por aquellos lares, que tengo entre lugares pendientes que visitar. No se que coño hacen allí arriba ultimamente, si será tanta lluvia, ni idea, pero la música que se está cocinando por aquella esquina norteña, va a dejar escrito el nombre de la tierra, con letras de oro en el mundo del rock and roll. En estos últimos tiempos, dos nombres me tienen obsesionado, por un lado, The Soul Jackets, y por otro, Dixie Town, que además, nos pegan de frente, con su nuevo disco, el cuarto ya, si no me falla la memoría, que suele hacerlo bastante, por el frecuente maltrato a las neuronas, a base de liquido del demonio.
¡Que buenos son estos tíos, de verdad!. Uno se pregunta, como aún la gente se niega a ver la evidencia, a rendirse ante lo que tenemos frente a los ojos a los oídos. ¡Vaya discazo se han marcado los de Vigo, válgame toda la legión de dioses del rock and roll!. Comienza a sonar «Up», y uno rápidamente piensa en los mejores Stones, en aquellos capaces de hacerte temblar, y que se transmutan en estos inspirados tipos de Dixie Town, que hacen suya la herencia. El blues rock, pero con ROCK en mayúsculas, nunca sería lo mismo de no haber existido Rory Gallagher, y «Taste it» es la más pura evidencia de ello. Ojo, abrid las puertas de las emociones, que va a sonar «Maybe», y si no sois capaces de sentirlo en vuestras tripas, en vuestro interior, igual necesitáis cerrar los ojos y dejaros llevar por esta enorme canción. Es solo rock and roll, camaradas, pero que manera de tocarlo, de sentirlo, de vivirlo, todo ello encerrado en el piano de «Down the road». ¿Reconoceis a gente como The Delta Saints en la nueva generación capaz de hacer grande el rock and roll?, pues entonces rendid vuestras armas ante Dixie Town, con canciones como «My lord». Me voy quedando sin halagos, lo reconozco, así que mejor, llenad vuestra copa, agarraos donde podáis, y dejad que el hammond de «Useless dog» os lleve sin rumbo, sin prisas, sin mas destino que el disfrute.
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