Mucho se dijo en su día de la sorpresiva estrategia comercial de U2 al regalar este disco a todos los usuarios de iTunes de Apple. A unos les pareció bien (entre los que me incluyo) y a otros les pareció un gran error. Corrieron ríos de tinta a favor y en contra del hecho de que un grupo de la envergadura de U2 regalara su música. A mí me pareció una forma muy inteligente de darse a conocer entre los más jóvenes. Los tiempos han cambiado y los lanzamientos en formato físico ya no dan los pingües beneficios de décadas pasadas y nunca volverán a ser lo que fueron. Se dice que U2 recibieron 100 millones de dólares de Apple en una especie de nuevo mecenazgo, en vez de cobrarle al oyente, le cobramos al distribuidor. Da igual que las ventas del formato físico fueran pobres, ya habían cobrado de Apple.
Sin embargo, la cosa no salió todo lo bien que podría pensarse. Pensemos en el hecho de que mucha gente no escuchó el disco de U2 por mucho que lo tuviera gratis en su biblioteca de iTunes. Hay mucha gente a la que no le gusta U2. Además, tras 5 años sin lanzar disco, muchos jóvenes usuarios no los conocían, hubo quien se preguntó quiénes eran U2 y qué hacía un disco suyo en su biblioteca sin que nadie le hubiera preguntado. De los 500 millones de usuarios de Apple en cuyas bibliotecas apareció gratis Songs of innocence, solamente un 15% lo escucharon en los primeros meses. Lo cual supone unos 75 millones de usuarios que escucharon el disco de forma gratuita. No están nada mal en términos absolutos pero relativamente es un porcentaje muy bajo. ¿Éxito o fracaso del lanzamiento? Depende.
Primeramente, una pregunta se planteó en el horizonte, ¿Tan poco confiaban U2 en la calidad de su disco que lo tenían que regalar? ¿Tenían miedo a otro batacazo comercial? La verdad es que nadie se esperaba a estas alturas nada de U2, muchos habíamos perdido las esperanzas tras aquel fallido y cobarde No line on The horizon de 2009. U2 estaban sumidos en las dudas, entregaron un disco que no estaba a la altura y por muy exitosa que fuera la gira 360º el disco fue vapuleado sin piedad.
La gestación de Songs of innocence no fue fácil, grabaron temas con el gran productor Danger mouse (The black keys) pero les entró el miedo al oír el resultado final. Aquello no sonaba a U2 y les entró miedo una vez más. Muchas canciones fueron vueltas a grabar y retocadas por productores como Paul Epworth (famoso por su trabajo en el exitoso 21 de Adele), Ryan Tedder (cantante y líder de OneRepublic) o el habitual Flood. Todo el proceso de gestación del disco se alargó durante demasiado tiempo. Demasiadas dudas en el seno del grupo hicieron que el proceso se eternizara. 5 años sin nada nuevo en el mercado es demasiado incluso para un grupo como U2. La floja canción para la película sobre Nelson Mandela (Ordinary Love) y el single adelanto (Invisible), no auguraban nada bueno.
Pero lo que realmente debería importarnos de Songs of innocence no es la forma de su lanzamiento ni su complicada gestación sino su contenido en sí. Para mi sorpresa, el disco era mucho mejor de lo yo me esperaba. Tras ser manoseadas por varios productores, podría pensarse que las canciones sonaran acartonadas o prefabricadas, pero no es así. Songs of innocence suena fresco y sincero. Estamos ante el disco más inspirado de U2 desde los tiempos de Pop (1997), hace casi 20 años. Por increíble que parezca, el disco no se resiente de tantos meses de grabación intermitente y los múltiples retoques y el baile de productores. Salido directamente de los recuerdos y vivencias de una estrella del rock que una vez fue un adolescente, esa mirada atrás le ha hecho mucho bien al disco y ha salvado la mortecina carrera de U2. El disco se inicia con Bono rindiendo pleitesía a Joey Ramone en The miracle (of Joey Ramone) ya que fueron los Ramones la banda que le hicieron querer dedicarse a la música. Curioso que un cantante tan limitado como Joey Ramone inspirara a Bono. Las influencias son así. The miracle no es el enésimo refrito de single pegadizo que U2 llevan haciendo una y otra vez desde Elevation. Es una buena canción que suena distinta a pesar de incluir esos coros que parecen escritos pensando directamente en los estadios. Sin embargo, The Miracle es de lo que menos me gusta del disco. El segundo corte, Every breaking wave, empieza francamente mal, tiene un inicio idéntico a With or without you pero luego muta a otra cosa muy distinta. Tras un inicio poco prometedor, el disco mejora rápidamente. Bono homenajea a su madre en la emotiva Iris (Hold me close), a su mujer le dedica Song for someone, habla de los atentados del Ira en Raised by wolves, habla de su barrio en Cedarwood road, le dedica This is where you can Reach me now a Joe Strummer de The clash, etc. Esta mirada atrás rebosa humildad. La rutilante estrella del rock fue una vez, hace mucho tiempo, un confundido adolescente fascinado por Los Ramones y The clash. También suenan frescas California (con ecos a The Beach boys) y la rockera Volcano con un estribillo imbatible, nadie diría que estos tipos rondan los 55 años.
Una constante de los recientes discos de U2 solía ser que los últimos temas suenan irremediablemente a relleno, no estaban a la altura del resto del disco. Sin embargo, aquí es todo lo contrario, U2 se han guardado los tres temas más experimentales e interesantes para el final. Son los tres grabados con Danger mouse que no ha sufrido modificación alguna. Me refiero a This is where you can Reach me now (esa genial intro hubiera sido ideal para empezar el disco), Sleep like a baby tonight ( mi favorita, en la que Bono recupera su falsete) y The troubles.
En la edición especial que se publicó se incluía un segundo cd con un par de joyas grabadas con Danger mouse: Lucifer’s hands y esa maravilla de pop bailable y desinhibido que es The crystal ballroom. Ambas me parece que merecían estar incluidas en el disco, a pesar de apartarse del sonido característico del grupo. Una vez más el miedo ha podido a U2 y ha impedido que avancen hacia nuevos territorios. También se incluye un corte llamado Acoustic sessions formado por las canciones del álbum tocadas en plan acústico sin ningún corte entre ellas. Algunas canciones ganan al desnudarlas de todo adorno, me refiero, por ejemplo, a esa Every breaking wave que con un piano y la voz de Bono me pone los pelos de punta. En el disco extra se incluye también Invisible como corte oculto y es ahí donde uno descubre la verdadera naturaleza de esta canción, no fue un buen single adelanto pero como tema escondido funciona a la perfección.
Resumiendo, Songs of innocence es un buen disco que quizás no sea considerado como un clásico a la altura de Joshua tree o Achtung baby pero que nos trajo a unos U2 en plena forma a pesar de las dudas.
P.D.: Bono anunció al poco del lanzamiento físico de Songs of innocence que habría una continuación muy pronto, un Songs of experience. El nombre de la gira, iNNOCENCE + eXPERIENCE, venía a confirmar este extremo pero a fecha de hoy nada hay confirmado. Quién sabe, quizás se guarden alguna sorpresa bajo la manga.
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