No creo que a nadie nos vaya a coger por sorpresa, si has seguido atentamente la evolución de The Shooters, desde aquel primer ep, hasta llegar al fantástico «Planet of the black sun», en el que dejaban ver, que se tenían que consolidar más pronto que temprano. Reconozco, que les he visto en directo, sólo unas semanas antes de que saliese este «Dead wilderness», donde ya tocaban algún tema nuevo, pero es que además, la potencia desmedida que desprendían desde el escenario, te daba la señarl de alerta, de que estos tipos, estaban preparados para tomar su posición en la pole position de este complicado mundo del rock. La primera, y mejor definición que me viene a la cabeza, una vez escuchado el disco, es demoledor. Esa colección de riffs mastodónicos sobre ese sonido desértico del que hacen gala, supone un soplo de aire fresco, aunque en este caso, sería más adecuado decir árido y caliente, dentro del manoseado territorio del Stoner.
El disco se abre con «Lost in time», y ya ese riff junto a la potencia de la batería te golpean directos a la mandíbula, con la intención de provocar un K.O. en el primer asalto. La conjunción de esos ritmos pesados de atmósferas pausadas, junto al violento ataque vocal de Carlos, son una estupenda carta de presentación. «War on you» tiene un comienzo fenomenal, un riff de los que se te quedan grabados, y esa melodía que consigue introducirte en ese trance tan propio que solo son capaces de crear las mejores bandas del estilo sin caer en la monotonía. «Roots» suena más directo, arrollador, con altas dosis de melodía y de nuevo con esa batería que marca perfectamente tiempos y contundencia, en una canción que no duda en penetrar en terrenos más propios del doom. «Lucifer’s world» es un claro ejemplo de ese toque más metálico que la banda ha añadido a su sonido, ese toque más oscuro e incluso psicodélico.
«Black mountain» se vuelve a refugiar en ese continuo batallar del riff, y ese golpeo de la melodía vocal. El final es de traca, con los once minutos y picos del apabullante «Candelabrum», con sus cambios que te van atrapando por la senda del doom en el que se meten con soltura y no te dejan escapar de esta mastodónica y épica instrumental, con esos riffs, el magnífico solo de guitarra, y una instrumentación que es una brutalidad. Gran disco de The Shooters, grandes exponentes del salto de calidad enorme de la música que se hace dentro de nuestras fronteras, y punta de lanza del gran momento musical que está viviendo el rock al sur del sur.
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