Me gustan las películas que hablan de superación y de personajes sometidos a situaciones límite. Me gusta la montaña y me encantaban los reportaje de Al filo de lo imposible. Así pues uno podría pensar que una película sobre las ascensión al Everest sería una magnífica oportunidad para ver un adrenalítico film sobre la montaña más alta del mundo. Sin embargo, este Everest no es una cima inolvidable sino un valle cuya travesía es mejor olvidar.
En la publicidad del film se nos dice que está basado en la increíble historia real, la verdad, yo no vi nada de increíble en este film. Podría haber servido de denuncia sobre la excesiva masificación a la que se está sometiendo al Everest y poner en el punto de mira a las compañías que suben a montañeros no expertos a cambio de una buena suma, pero todo queda muy tibio. No estamos ante un film ecologista o de denuncia. Estamos ante un fallido blockbuster. El director Baltasar Kormákur Samper rueda efectivas escenas de montaña pero creo que alguien se ha hecho un lío monumental en la sala de montaje y han entregado un film sin pies ni cabeza. Todo huele a encargo, a vacío blockbuster prefabricado. El film se enreda en demasiados personajes pésimamente presentados peor desarrollados. El espectador ni se identifica con ellos ni es capaz muchas veces de identificarlos. Everest es un film mal escrito y mal montado. Para buscar algo de empatía se busca la lágrima fácil con la mujer embarazada (como era de esperar) de uno de los montañeros en peligro. No hay nada épico ni heroico en este film. Sorpresivamente, todo resulta anodino. Cuando parece que se va a poner interesante la cosa se acaba dejando al espectador con la sensación haber perdido el tiempo. No hay sentido del ritmo, basta decir que el film tarda una hora en ponerse interesante, demasiado tiempo dando tumbos entre unos personajes que no nos interesan ni lo más mínimo. Lo peor es que incluso antes de empezar a subir la montaña sabemos a ciencia cierta que ciertos personajes muy concretos no van a bajar.
Otro problema añadido es el casting, totalmente erróneo. No me gusta Jason Clarke, me parece un actor muy plano e inexpresivo. Josh Brolin está desaprovechado pero no es el único ¿Para qué contratas a Jake Gyllenhaal si su personaje no pinta nada? Lo mismo puedo decir de Emily Watson, su personaje lo podría haber interpretado cualquier actriz de medio pelo. Lo mismo se puede decir de Sam Worthington. Al menos Keira Knightley se luce un poquito, llora y todo, siendo sus escenas las únicas que consiguieron emocionarme un poco.
Lo que podría haber sido una gran odisea en la montaña ha acabado siendo un aburrido paseo. Al abismo con ella.
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