Por mi edad nunca pude ver a los Pink Floyd con Roger Waters y David Gilmour en sus filas. Sí he visto a Waters un par de veces con sus fastuosos espectáculos de The dark side of the moon y The Wall, pero nunca había visto a Gilmour en directo. Ya había perdido yo toda esperanza, habían pasado ya casi 10 años desde su última gira, cuando el bueno de Gilmour anunció a primeros de año un disco nuevo (el correcto Rattle that lock) y lo que era aún mejor, una nueva gira. Era una gira de pocos y escogidos conciertos que, una vez más, no pasaba por España. Pero Gilmour estaba al alcance de la mano solamente había que desplazarse al extranjero para verlo. Algunos colaboradores de esta página se trasladaron hasta Orange, Francia, como bien nos relataron aquí, pero yo me desplacé hasta Londres. Al final los conciertos acaban siendo una excusa para hacer turismo. Gracias a Ryanair viajar a Londres te sale más barato que un Ave a Madrid o a Barcelona.
Así que allí que me planto yo en la ciudad del Támesis, en la capital del Reino Unido para ver a David Gilmour en su cuarto concierto (de los cinco programados) en el mítico Royal Albert Hall. Dada la singularidad del evento y para evitar la reventa, las entradas venían vinculadas al nombre y al documento identificativo del comprador. El día del concierto me di una vuelta por Westminster, el National Gallery y Tate museum. Aún tuve tiempo de ver la Battersea Power Station que ilustra la portada de Animals. Lamentablemente, los andamios y los nuevos edificios surgidos a su alrededor le han restado bastante encanto a la antigua central termoeléctrica. Ya no estamos en 1977.
Una vez se acerca uno al Royal Albert Hall se queda maravillado por la majestuosidad del edificio. una vez dentro y pasada la correspondiente acreditación conseguí acceder dentro de ese pedazo de historia de la música popular reciente. Las dimensiones del lugar son apabullantes, casi tanto como la cantidad de artistas de todo tipo que han pisado ese escenario. Por cierto, el público era bastante heterogéneo, desde varias generaciones de la misma familia a rockeros sesentones peinando canas. No olvidemos que en un par de años se cumple el 50 aniversario del primer LP de Pink Floyd.
Como viene siendo habitual, el concierto se inició con 5 A.M. el tema instrumental que abre Rattle that lock y que me parece una introducción que no llega a ninguna parte pero que directo cumple perfectamente su función de romper el hielo. Por suerte, le siguió el tema que da título al disco y allí pudimos empezar a intuir las posibilidades de la inmensa pantalla circular. Esto no iba a ser solamente un concierto de música, iba a ser un espectáculo audiovisual de primer nivel. Pero lo realmente asombroso fue la calidad del sonido, limpio y cristalino como pocos. Supongo que la acústica del mítico Royal Albert Hall tendría algo que ver así como la técnica de un Gilmour por el que parece que no pasan los años. Casi una década sin salir de gira y el tipo está en plena forma tanto con la guitarra como con la voz. Gilmour se centró inicialmente en los temas de su último disco. Pero pronto nos dejó extasiados con Wish you were here. Sonaron clásicos de Pink Floyd, faltaría más, que es lo que realmente íbamos a oír los asistentes al evento. Pensemos que las entradas se pusieron a la venta a primeros de marzo cuando no habíamos escuchado nada del último disco de Gilmour. Quizás del repertorio yo eché de menos Another brick on the wall o Echoes. Pero no se puede pedir todo, en las casi tres horas de actuación Gilmour hizo hueco para su carrera en solitario.
Todo el apartado audiovisual fue asombroso y perfecto, no podía ser de otra manera. Hubo momentos emocionantes como volver a reencontrarse con las imágenes del fallecido Storm Thorgerson para High hopes, los relojes de Time o las proyecciones de Money. De los temas nuevos me gustaron mucho las proyecciones para The girl with the yellow dress (esa rareza Jazz que en disco que no me decía nada y en directo me hechizó). Otro tema de Rattle that Lock que ganó mucho gracias a las proyecciones y la historia narrada en ellas fue In any tongue, reconozco que me puso un nudo en la garganta con su antibelicista historia.
Hubo tiempo para homenajear a Syd Barrett con una distorsionada y psicodélica Astronomy Domine que abría el primer disco de Pink Floyd, esa locura llamada The Piper at the gates of dawn (1967). También rescató Fat old sun del ya lejano Atom heart mother (1970) y me puso los pelos de punta con un antológico Shine on you crazy diamond. No se prodigó mucho en la época de los Floyd sin Waters (la más floja con diferencia), sonaron High Hopes (otro momento con los pelos de punta) y Coming back to life de The division bell (1994) y Sorrow de A momentary lapse of reason (1987). Ese desastre llamado The endless river fue ignorado, afortunadamente.
Tras Sorrow Gilmour y su banda se marcaron un Run like hell simplemente brutal que no dejó a nadie sentado en su asiento. Un tema que sigue sonando fresco más de 35 años después. El apoteósico final llegó con el imbatible tandem formado por Time/Breathe y Confortably numb que puso por enésima vez a todo el recinto de pie. Increíble cómo suenan esos solos tocados por Gilmour y encumbrados por unos sorprendentes efectos escénicos a base de lasers. Inolvidable. Entonces me surgió la duda, ¿ya han pasado 3 horas?, admito que se me pasaron volando.
¿Y Gilmour? No estuvo muy parlanchín ni especialmente comunicativo a pesar de estar en casa. Se le notaba a gusto con la banda y confiado derrochando maestría a la guitarra, que es lo que esperábamos todos de él. Lo que Gilmour tiene que decir lo dice con su música, quizás nunca haya sido un animal escénico como otros de su generación pero a las 6 cuerdas es indudable su maestría.
Poco más os puedo contar. Se formó un grupo de gente que esperaba a la salida de la Stage door tras el concierto para encontrarse con el artista. Ya que hemos venido hasta aquí, vamos a intentar un cara a cara con Gilmour. Al rato alguien de la organización nos dijo que Gilmour agradecía mucho la atención pero que no iba a firmar autógrafos ni discos ni hacerse fotos. Visto lo visto, decidí marcharme, nunca me ha gustado molestar a quien no quiere ser molestado, por muy estrella que sea. Ser amante de la música no te da derecho a molestar a su creador. Aún así hubo mucho fan que se quedó allí esperando, no sé qué pasó cuando Gilmour salió hacia su furgoneta Mercedes de lunas tintadas.
Así acabó esta aventura para mí. Bueno, no, aún me faltaba volver a casa y digerir lo que acababa de ser testigo. Lo que importa: ya he visto sobre un escenario a Waters y Gilmour aunque sea por separado. Algo es algo. Lo de verlos juntos no está en mis manos, pero si se pone a tiro (cosa bastante improbable) ahí estaremos.
ACABO DE LEER ESTE ARTICULO DE LUIS CIFER Y NO PUEDO ESTAR MAS DE ACUERDO CON EL. YO, AFORTUNADAMENTE, TAMBIEN POR MI EDAD SI HE PODIDO ASISTIR A VARIOS CONCIERTOS DE DAVID GILMOUR, ESO SI YA SEPARADOS, PERO SI COMO PINK FLOYD. EL PRIMERO FUE EN 1.988 EN MADRID. EN EL ESTADIO VICENTE CALDERON, DEL ATLETICO DE MADRID. FUE LA GIRA DE SHINE ON, DEL DISCO A MOMENTARY LAPSE OF REASON. FUE ESPECTACULAR. NO RECUERDO EXACTAMENTE QUE DIA DE JULIO DE ESE AÑO DE 1.988, YA HACE ALGUNOS AÑOS POR CIERTO. RECUERDO QUE FUIMOS TRES AMIGOS Y YO EN UN PANDA MOVIDA GRIS. YO TENGO UN BAR EN ZAHARA DE LA SIERRA, EN CADIZ. RECUERDO QUE LA NOCHE ANTERIOR AL CONCIERTO, DESPUES DE CERRAR EL BAR, NOS PUSIMOS EN CAMINO, YA VEIS EN PLENO VERANO. IMAGINAROS CON LO COMODISIMO QUE ERA EL PANDA LLEGAR HASTA MADRID. EL VIAJE INACABABLE. PERO LLEGAMOS. FUE LA PRIMERA VEZ QUE VEIA UN CONCIERTO DE ESA ENVERGADURA. EL ESTADIO A REVENTAR UN CALOR IMPRESIONANTE, PERO MERECIO LA PENA. EL SIGUIENTE TAMBIEN DE PINK FLOYD FUE EN EL ESTADIO DE ANOETA EN SAN SEBASTIAN, FUE EL AÑO DE SU INAUGURACION, POR CIERTO PATROCINADO POR VOLKSWAGEN. UN MODELO DE GOLF HICIERON. FUE EL DIA 25 DE JULIO DE 1.994, SI NO RECUERDO MAL. ESTE SI FUE UN GRANDISIMO ESPECTACULO. EL SONIDO PERFECTO, Y LAS LUCES NI TE DIGO. FUE LA GIRA DE «»»»»PULSE»»»». ESTE AÑO FUE EL DEL NACIMIENTO DE MI HIJO PEQUEÑO ALEJANDRO. QUIEN LE IBA A DECIR A MI HIJO QUE 25 AÑOS DESPUES ASISTIRIA CON SU PADRE A ESTA MARAVILLA QUE TAN BIEN HA DESCRITO LUIS CIFER EN ESTE ARTICULO. PUES SI EL PASADO DIA 2 DE OCTUBRE MI HIJO Y YO NOS PRESENTAMOS EN LONDRES, EN EL ROYAL ALBERT HALL, EL CONCIERTO EMPEZABA A LAS 19,45, NORMALMENTE LOS CONCIERTOS DE DAVID GILMOUR EMPIEZAN CON PUNTUALIDAD INGLESA, COMO PUDE COMPROBAR EN LOS CONCIERTOS ANTERIORES. PERO HETE AHI, QUE ESTE EMPEZO A LAS 19,48 MINUTOS, FUE UN DETALLE QUE COMENTE CON MI HIJO, YO LE DECIA QUE SIEMPRE EMPEZABAN A SU HORA Y EN ESTA OCASION FALLARON POR TRES MINUTOS. Y ES VERDAD, ALLI NOS UNIMOS VARIAS GENERACIONES DE FANS DE PINK FLOYD, EN UN ESCENARIO APABULLANTE, INMENSO, PRECIOSO. FUE UNA MARAVILLA INENARRABLE QUE LOS VERDADEROS AMANTES DE LA MUSICA CON MAYUSCULAS NUNCA PODREMOS OLVIDAR. ESTE FUE UN REGALO QUE HICIMOS A MI HIJO AL HABER TERMINADO SUS ESTUDIOS, Y COMO ME DABA MUCHISIMO SUSTO QUE FUERA SOLO PUES NO TUVE MAS REMEDIO QUE ACOMPAÑARLO. JIJIJIJI. QUIERO DAR LAS GRACIAS A MI MUJER POR HABERME DEJADO IR CON EL. PERO AMIGOS FLOYDIANOS ESTA NO HA SIDO LA UNOICA VEZ QUE HE VISTO EL CONCIERTO DE ESTA GIRA. TAMBIEN TUVE LA SUERTE DE VERLO EN UNA CIUDAD IMPRESIONANTE Y MARAVILLOSA , LA CUNA DEL RENACIMIENTO, FLORENCIA, EN ESTE CASO EL CONCIERTO FUE EN EL HIPODROMO DE VISARNO, Y EN ESTA OCASION FUI SOLAMENTE YO, AHORA, EL RECUERDO QUE TRAIGO DE LOS MOSQUITOS PARA MI SE QUEDA, FUE EL MISMO CONCIERTO. EL PASADO 15 DE SEPTIEMBRE, ALLI COMENZO A LAS 21,00 HORAS, TAMBIEN FUE MAGNIFICO, UN SONIDO PERFECTO, A PESAR DE SER AL AIRE LIBRE, TODOS SENTADOS. EL ESCENARIO QUIZAS UN POCO MAS GRANDE QUE EL DEL ROYAL ALBERT HALL. LAS MISMAS CANCIONES, LO UNICO QUE VARIÓ FUERON LAS LUCES DEL FINAL. NO SE UTILIZARON RAYOS LASER COMO EN LONDRES. AHORA, TUVO QUE SER EN FLORENCIOA, LA CUNA DEL RENACIMIENTO, DONDE LA OBRA DE LEONARDO DA VINCI Y MIGUEL ANGEL SE FUNDIERON EN UN MARAVILLOSO MILAGRO. TRES GENIOS UNIDOS QUINIENTOS AÑOS DESPUES PARA ENGRANDECER MAS SI CABE LA MAJESTUOSIDAD Y BELLEZA DE ESTA IMPRESIONANTE CIUDAD ITALIANA. DESDE AQUI AGRADECEMOS A A DAVID GILMOUR, TANTO MI HIJO COMO YO, QUE HAYA HECHO UNA NUEVA GIRA PARA QUE LAS GENERACIONES QUE NO HAN PODIDO DISFRUTARLO Y QUE AUN ESTEN A TIEMPO LO VEAN, PARA MI DESDE LUEGO, DESPUES DE MIS HIJOS Y MI NIETO HUGO, LO MAS GRANDE QUE ME HA OCURRIDO EN LA VIDA. Y QUERIA HACER UN LLAMAMIENTO PARA QUE ESTE GRANDISIMO GUITARRISTA PUEDA VENIR A ESPAÑA EN ESTA GIRA QUE TAMBIEN NOS LO MERECEMOS. UN SALUDO FLOYDIANOS…