A veces el stoner me recuerda al prog rock. Alto, antes de que algún fan enfurecido intente emprenderla conmigo por una comparación que si nos ceñimos a referencias puramente sónicas, puede parecer una herejía en primera regla, tanto para los seguidores de un estilo como del otro. Amarrad las fieras, que no voy a establecer lazos de sangre entre Yes y Pendejo. A lo que voy, es que tanto en uno como en otro saco, muchas veces, metemos bandas que realmente no tienen nada, o casi nada, que ver entre si. Ambas recogen en sus faldas, un espectro muy amplio, que hace que sus fronteras sean cada vez más elásticas. Personalmente, creo que el stoner ha entrado en esa fase, en la que hay demasiadas bandas siguiendo un patrón establecido. Ojo, que a estas alturas, no vamos a pedir a nadie que invente nada, faltaría más.
Pero las influencias, aún siendo palpables, pueden ser llevadas a una canción, con clase y buen hacer, no repetir una y otra vez lo escuchado. Y eso lo podemos extender hacia todo ese rock y hard rock, que pretende beber de las influencias marcadas en los 70, y eso, que mi concepto de heavy metal o heavy rock, se encuentra muy a gusto entre mis adorados Black Sabbath o Blue Cheer, por poner los dos ejemplos más conocidos. Al final, esto lo que nos lleva, es a tener que separar lo bueno de lo malo, lo interesante de lo mediocre. Entre los grupos que siento a mi lado, llevan tiempo los ucranianos Stoned Jesus. El trio de Kiev, es amante de ese sonido rocoso, de riffs monolíticos con una base rítmica muy contundente. Es cierto, que han ido evolucionando, poco a poco, sin demasiado escándalo, y en este tercer disco, «the harvest», se notan ciertas aperturas con respecto a su rocoso debut.
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