En estos días, Kiss han estado tocando en nuestro país. Muchísima gente se ha desplazado a verlos, a disfrutarlos, a pesar, de que la banda, desde hace un tiempo, reparte la opinión entre los que los siguen defendiendo a capa y espada, y los que se empeñan en hacer visibles sus carencias sobre el escenario, acentuadas con el paso del tiempo. No nos engañemos, Kiss siempre generan noticia, polémica, comentarios, primero, porque gusten más o menos, son una de las bandas fundamentales de la historia del rock, y segundo, porque ya ellos mismos, se encargan de que así sea. Kiss es como una jodida multinacional, medio en broma, comentaba hace tiempo con alguien, que el día que Simmons y Stanley no estén, alguien ascenderá en la compañía, ocupando su puesto. No seré yo quien califique la labor como bajista de Gene, pero como hombre de negocios, sabe muy bien lo que hace. No pasa demasiado tiempo sin que el nombre de la banda esté en los medios, por un motivo u otro, ya sea musical o no. Por la compra de un equipo de fútbol, alguna pelea con otra rockstar con ganas de volver a destacar o alguna declaración estudiada, para generar la polémica que les ponga de nuevo en boca de todos. Hace mucho se lo leí al propio Simmons, que hablen mal de ti, pero que hablen.
A pesar de que nunca han sido una de mis bandas favoritas, siempre he admirado ese estado camaleónico del que hacen gala. Sea lo que sea que impere en ese momento, Kiss adaptarán su sonido al momento, para no parecer fuera de onda, y ser capaz, o al menos intentar, captar la atención de aquel que se mueve según sopla el viento. El mejor ejemplo de que la banda siempre ha sido capaz de mover ficha para no perder comba, es «I was madre for loving you». Nos plantamos en el 87, Kiss dejaron atrás el maquillaje y las circunstancias les llevaron a cambios de personal. Era tiempo de un nuevo paso, tenían claro que era indispensable tener un hit que entrase directo a las listas. Himnos ya poseían unos cuantos, lo que necesitaban ahora, era sonar en las emisoras de radio y salir sin parar en la MTV. Incluso delegaron las labores compositivas, por un lado, dando cancha a Carr y Kulick, y por otro, con fabricantes de hits como Desmond Child.
No eran los únicos que trataban de aprovechar esos tiempos de bonanza. Entre el 87 y el 89, vimos como Whitesnake con «1987”, Aerosmith con «Pump», MSG «Perfect timing», Saxon «Destiny» o Ali
¿Es un mal disco?. A mi no me lo parece. «Crazy, crazy nights» la he coreado hasta la saciedad, y canciones como «I’ll fight hell to hold you», «Reason to live», «Thief in the night» o «Hell or high water», cumplían con creces, y demostraron ser capaces de destacar en lo que sonaba en aquellos momentos. Y por supuesto, me gusta, mucho más que «Hot in the shade», a pesar de que este contiene, mi balada favorita de Kiss junto a «Beth», «Forever». La gira de «Crazy nights» incluso les llevó a formar parte de un cartel de ensueño del Monsters Of Rock, que un 20 de agosto del 88, rendía Donington ante Kiss, ac
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