SUPERTRAMP – Crime of the Century: disco que todo el mundo debe escuchar al menos una vez en su vida

Tras hablar de Dire Straits me apetece charlar sobre otro grupo que también levanta tantas pasiones como odio. Un odio manifestado por la misma clase de gente que opina que una chica guapa tiene que ser por la narices tonta, o bien porque un grupo vende mucho tiene que ser malo. Y si encima le gusta a millones de gente, ya los tachan de vendidos o de aburridos. Cuidado no estoy diciendo que tengas que amar todo lo que hagan, pero tampoco se puede despotricar sobre algo que de toda evidencia es de calidad.

Pero vayamos al grano, al objeto en cuestión… Septiembre de 1979, un día lluvioso de otoño, han acabado las vacaciones de verano y la vuelta al instituto se ha hecho algo dura. La rubia guapa a la que le he echado un ojo, la nueva que acaba de llegar de Francia está sentada justo a mi lado, tiene uno de esos cacharros que los japoneses de Sony acaban de lanzar y que solo unos pocos pueden permitirse; Sí, un Walkman! La veo muy concentrada siguiendo el ritmo de una música que por momentos se escapa de entre sus orejas y los auriculares. Repentinamente pega un grito, me mira fijamente y me coloca los cascos, ordenándome con pasión que debo escuchar lo que esta sonando. Aquello fue el principio de una historia de amor! No con la rubia con la que me lleve más bien mal, pero si con aquel disco que estaba escuchado tan apasionadamente. Un disco que había sido lanzado en 1974 pero que no me había enterado aun, ya que en aquellos años en España aún la música era para un adolescente un lujo que no todos se podía permitir.

Pero llego la navidad y la familia se comportó, ya que entre la camisa y el típico jersey que nunca te pondrías había el Crime of The Century de Supertramp. La portada hablaba por si sola con esas manos aferradas a una verja perdida en la galaxia, aquello para un chaval que empezaba a descubrir los placeres de la música era el santo grial, un disco para guardar entre mi Sticky Fingers, mi Ziggy Stardust y unos cuantos más que a lo largo de los años se convirtieron en muchos. La verdad sea dicha a Supertramp hace siglo que no los escucho, pero no por ello se me ha olvidado una nota de las que contenía aquel disco. Aquel disco fue el pistoletazo hacia un éxito estratosférico que culmino con Breakfast in America, pero la banda también sufrió lo suyo tras los dos fracasos comerciales que supusieron sus dos primeros discos.  R.Davies y R.Hodgson se replantearon el camino que debía seguir la banda por lo que reclutaron nuevos miembros tras echar sin miramientos a los antiguos componentes. La discográfica los mando a una mansión del siglo XVII, para ensayar y preparar un nuevo álbum; aquello funciono ya que de aquel lugar surgieron cuarenta canciones, de las que ocho fueron a parar al disco, mientras que el resto fueron incluidas en los diferentes discos que salieron después.

Allí ya empezó los problemas que han llevado la relación Hodgson/Davies al odio, ambos componían por separado, pero todas las canciones fueron acreditadas a ambos músicos por culpa de unos acuerdos comerciales, solo «School” y “Crime of the Century” es fruto de la colaboración entre ambos. Parte del disco se grabó en los estudios propiedad de The Who, los Ramport Studios con Ken Scott como productor. Un hombre conocido por ser uno de los ingenieros de The Beatles y productor de los discos más famosos de Bowie ente muchos más. La incorporación del batería de Los Angeles, Bob Siebenberger y del bajista Dougie Thompson además del icónico saxofonista d John Anthony Helliwell ambos procedente de la banda de Alan Brown dio más cuerpo y fuerza al sonido de Supertramp.

Desde el inicio de “School” con esa armónica solitaria, sabes que estas delante de una obra con mayúsculas. Un impresonante inicio que continua con constantes cambios de ritmos, pausas y esos gritos que se alzan desde el patio de un colegio de niños. Le sigue la imparable “Bloody well Right” con una larga intro de Davies en el Wurlitzer para ser rematado por una adictiva guitarra Wah Wah por parte de Hodgson. Un clásico instantáneo para que engañarnos!  Las siguientes “Hide in your Shell” y “Asylum” con sus más de seis minutos respectivamente, indagan en el lado progresivo de la banda. Scott Gorham de Thin Lizzy curiosamente presente en los estudios se prestó a hacer coros junto a Christine Helliwell y Vicky Siebenberg en “Hide in Your Shell”. Un tema donde sin la voz de Hodgson sería imposible conseguir el aura de pesadumbre que sobrevuela la totalidad de la composición. Con “Asylum” vuelven a cantar Hodgson y Davies juntos. Si uno se fija, empiezan la cara A cantando juntos, luego un tema cada uno y terminan la cara de nuevo juntos. Una verdadera lucha de egos que les destruirá o más bien destruirán la banda.

“Asylum” es perfecta, y aunque tenga una debilidad personal  por Hodgson, hay que reconocer que los temas de Davies no tienen nada que envidiar a los de Roger. Un corte que curiosamente comparte con “Hide in your Shell” más o menos la misma temática; la del ser humano cuando comienzan a perder el control sobre la realidad en el momento que la vida les niega el amor y el respeto. La cara B se inicia con “Dreamer” el que se convertiría en el primer single y en el primer éxito de Supertramp en listas. Un tema de Hodgson que se eligió para ser lanzado como single a cambio de que el disco llevara como título “Crime in The Century” un corte de Davies. “Dreamer” es una composición que sube como la espuma del champán y te deja el mismo gusto fresco y burbujeante en la boca. Tras la marcha de Roger, el tema es interpretado en directo por Gabe Dixon ya que Rick no puede cantar ningún tema compuesto por Hodgson por disputas legales que llevan entabladas desde hace año.

“Rudy” con sus siete minutos es el tema más largo del disco. Un viaje fantástico a través la visión de un niño, que se convierte en un hombre solitario llamado Rudy. Una epopeya que va cimentando el camino que tomara “Fool’s Overture” años más tarde. Comienza suave y relajante para ir subiendo, con excelentes arreglos de gran sutileza. Estructuras complejas combinadas con melodías pegadizas. Supertramp invento el PopProg de una estocada de piano. “If Everyone Was Listening” es prácticamente el eslabón que une las dos piezas más épicas de la cara B, de una manera sosegada y romántica, con dulzura para dar paso a esa inconfundible introducción de piano, que marca el inicio de “Crime in the Century”. Un Davies pletórico llevando su composición a un duelo piano /guitarra antológico. Piel de gallina con ese piano acompañado de un bajo que va surcando el camino hasta lo más épico, hasta que el saxofón rompe para dejar definitivamente embrujado al oyente. “Crime in the Century” es una obra maestra tanto del pop como del prog, además de ser un álbum que todo el mundo debe escuchar al menos una vez en su vida.