Madrugamos, y fuimos a comprobar por qué los conciertos en La Virgen Blanca son tan afamados entre fieles y no fieles del festival. Sven Hammond, que nos gustaron no poco el día anterior, serían los encargados de poner patas arriba el centro de Vitoria, amén de elevar hasta el infinito el caudal monetario de toda barra adherida a la causa.

La capital alavesa se encontraba invadida por más sedientos de birra que rockeros, y era difícil encontrar un bar que no pinchase clásicos del rollo mientras hacíamos tiempo hasta las 13:30. You are in the ARF, baby. Si se llega a retrasar el bolo, no llegamos derechos.

Y de haber sido así, estas bestias del soul rock nos hubiesen puesto derechos en lo que duran dos temas. Su entrega fue sublime desde el arranque. Bajo un sol de justicia, Sven Hammond hicieron botar a todo valiente que se atrevió a madrugar y enfrentar la segunda maratoniana tarde desde tan temprano. Estrenarla con estas ganas fue perjudicial, sí, pero ratos tan divertidos como este, seguro, alargan la vida. La banda encadenó tema tras tema en lo que, de nuevo, hacía al público agacharse, cantar y hasta subirse al escenario en un apoteósico final. Nos quedamos con ganas de invitarles a todos a cervezas, presentárselos a nuestros amigos y llevarlos en volandas a donde quisieran. Grandes.

Sven HammondSven Hammond (Musicsnapper)

La tarde pensábamos tomarla con calma, recuperar fuerzas. Pero no, otra banda que tocaba versiones infalibles muy cerca de la zona nos atrapó, y es que el ARF transforma una ciudad que de por sí es preciosa en un macrofestival al que todos se quieren unir. Nos dieron las tantas.

Y llegamos al final del concierto de Eagles Of Death Metal, lo justo para disfrutar de tres o cuatro temas cerca de un segundo escenario que desprendía riffes afilados y cachondeo para disfrute de aquellos a quienes no importaba tostarse a pleno sol. Nos sonaron un tanto lineales, pero profesionales. Cosa de gustos.

De Cracker podemos destacar tantos aspectos como se nos ocurran. La mayoría de variables partícipes en la ecuación rockera funcionaron a las mil maravillas: los músicos -entre los que destacaban una animadísima teclista, un batería preciso, un bajista hecho de flow y una pedal steel que es gloria en sí misma; los líderes de siempre, Lowery perfecto de voz y carisma, tímido y entregado, y Hickman, que recordará este concierto por mucho tiempo, y un digno sonido que debería haber sido la tónica del festival, cristalino y potente, con cada instrumento en su sitio; una puerta abierta al disfrute de los fans.

Su show fue una delicia en el que sonaron algunos cortes de Berkeley to Bakersfield, destacando los más country gracias a una deliciosa acústica y, cómo no, imprescindibles de su clásico Kerosene Hat. Fueron triunfadores de la jornada, pero no los únicos.

crackerCracker (Musicsnapper)

Lástima de sonido en el tercer escenario durante Reigning Sound. Despistes de unos u otros convirtieron lo que salía de los instrumentos en una masa densa y embarullada de electricidad que mal maquillaba el soul garajero de esta estupenda banda, triunfadores discográficos del año pasado que no salieron del festival todo lo bien parados que podrían, en parte por los problemas sonoros, pero también por su estatismo sobre el escenario. No vale con sonar retro, creo yo, y si no te mueves como en otros tiempos, la cosa no funciona. Disfrutamos de algunos temas, como la maravillosa «Never Coming Home», porque lo valen, pero se hizo largo. La pequeña decepción del día, sin duda.

reigning soundReigning Sound (Musicsnapper)

Eran tres las veces que había visto a Mastodon sobre un escenario, y lejos de resignarme ante lo evidente, esto es, una banda que en estudio me hace alucinar y en directo sonrojar, probé suerte una cuarta. Desde el mayor objetivismo que me puedo permitir, he de decir que el grupo le echa ganas, se lo toman en serio. No se enfrentan al público ni metódica ni desganadamente. Salen a reventar tímpanos, a impresionar, y eso es algo que no tiene nada que ver con que se les de bien o no.

Mastodon nunca terminan de sonar bien en directo, y donde un rato antes Cracker habían personificado la elegancia, estos echaban a rodar una bola de distorsión que poco a poco cogió una consistente densidad, pero cuyas líneas vocales no dejaban de embarrar. Y es que lo que en estudio son unas voces variadas, originales y melódicas, sobre el escenario son tropiezo tras patinazo. Desafines, frases a medias por falta de aire… y no es que «el cantante» tuviese un día malo, que en esta banda canta hasta el batería. Después de sufrir por las versiones en directo de «Once More ‘Round the Sun» o «Tread Lightly», entre otras, decidimos que era una buena hora para cenar.

Y van cuatro.

ZTcN3d6u2tF6zhBitTZ4zni1rF3U6AAIaWqTQ93Phy4Mastodon (Musicsnapper)

La curiosidad nos acercó al hardcore punk de Off!, quienes no sonaban nada mal, al margen del estilo que practicaban. Enérgicas canciones de poco más de un minuto, prueba de que en el Azkena hay para todos los gustos. Para el nuestro también, y a John Paul Keith nos llevaron las ganas. Benditas ganas.

Y, ahora sí, llegamos a la sorpresa mayúscula de todo el fin de semana. Ese tipo que veis en la foto de abajo, con pinta de nerd de instituto, dio el que posiblemente fue el mejor concierto del Azkena Rock Festival 2015. Además de congregar a una impensable cantidad de público en el tercer escenario y hacer sonar una telecaster como si de la mejor guitarra eléctrica de la tierra se tratase, John Paul Keith tocó country, jazz, blues y rock and roll, todo ello bañado en salsa americana de primera.

El tipo, asombrado en todo momento de la entrega de los presentes, los aplausos y los bailes a los pies del escenario, cantó como su hubiese nacido para ello -pues claro, joder-, y tocó su seis cuerdas con la naturalidad de los grandes de su época, con energía, desprendiendo feeling en cada nota, acompasado por un bajo y batería precisos, tan frescos a tal altura de festival que nos hicieron olvidar la carga que le estábamos obligando cargar a nuestras maltrechas piernas. Nos pilló tan de sorpresa que no pudimos evitar pedir bises, como él no pudo evitar salir a hacer una foto para «su madre» y «todas sus ex- novias». Pues claro que sí, Keith. En ese momento, lo que hubieses querido.

John Paul KeithJohn Paul Keith (Musicsnapper)

Tras el embarrado show de Mastodon y la espléndido enjuague de oídos de Paul Keith, la propuesta british de Ocean Colour Scene se nos presentó como una cuesta arriba imposible de subir. Durante los primeros temas, las guitarras sonaban huecas y la voz distante. Decidimos que no había mejor manera de cerrar el festival rocker por excelencia que con la sublime descarga del chico de Tennessee.

Nos despedimos del Azkena Rock Festival 2015 con un buen sabor de boca que los tropiezos que ya señalábamos el día anterior no amargarían. Al sábado, como ya se sabía, le faltó un cabeza de cartel a la altura, pero hablando del festival que hablamos, el de los tesoros escritos en letra pequeña, no es algo demasiado importante.

Todas las fotografías, cedidas por la organización, son trabajo de Musicsnapper.


En esta casa: crónica de lo acontecido día 19 de junio en el Azkena Rock Festival 2015.
by: Edgar

by: Edgar

A la música le dedico la mayor parte de mi tiempo pero, aunque el rock me apasiona desde que recuerdo, no vivo sin cine ni series de televisión. Soy ingeniero informático y, cuando tengo un hueco, escribo sobre mis vicios. Tres nombres: Pink Floyd, Led Zeppelin y Bruce Springsteen.

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