Una ya extensa discografía, su reputación de grupo de directo y los últimos acontecimientos en la vida personal de Laura Jane Grace, amarillismo por un lado, influencia para con su música por otro, son factores que explican el crecimiento popular de Against Me! de unos años a esta parte. Hablo de una Sala Arena repleta de una juventud ansiosa de ver a una banda de punk rock de base folk que alcanzó la cumbre musical con su último trabajo, Transgender Dysphoria Blues, su paso discográfico más importante.
Imposible echar de menos a los anteriores bajista y batería, pues la incorporación de Inge Johansson, un inquieto personaje que escuda la derecha de Laura con movimientos imparables, y la de Atom Willard, el incansable hombre de los brazos de acero, resultaron ser el fortuito fruto de de un momento de inflexión. Dos músicos que aportan energía y motivación a una banda que es dinamita de escenario y mucho más.
Against Me! liderados por una carismática, alegre, enérgica y feliz Laura Jane Grace, no dieron descanso a un público que a pleno pulmón desmenuzó estribillos sobre humosas revoluciones de adolescente, la tortuosa disforia de género, antimilitarismo, amigos caídos, alcoholismo y amor, todo ello a ritmo y potencia de un punk bien hecho. Al grupo le sobra rodaje, pero también ganas. No pararon entre una canción y otra hasta llegar al bis, alrededor de una hora y cuarto sin respiro, una falta de cuartel que acabó hasta con el público más fogoso: los pogos cesaron durante la parte central del concierto de puro agotamiento.
Lo que no cesaron fueron las voces al unísono cantando los estribillos de himnos a lo E. Street Band como «White People For Peace», «True Trans Soul Rebel», «Fuckmylife666», o «Talking Transgender Dysphoria Blues», todas ellas vociferadas a la vez que el público por una Laura que, a pesar del apoyo de los coros de James Bowman, su fiel escudero, y el hiperactivo Inge Johansson, se dejó las cuerdas vocales en cada grito que las piezas requiriesen. Y cuando se dosificó, lo hizo con elegancia, compensando después con sonrisas imposibles que merecen aplausos y amor.
En el setlist hubo rectas tan imposibles, tan explosivas, tramos tan bien elegidos, que el deficiente sonido quedó a un lado desde bien temprano. Y si bien las guitarras comenzaron a hacerse escuchar a partir de la mitad del concierto, a los presentes nos dio bastante igual a causa de lo bien que lo estábamos pasando. Encadenar «Don’t Lose Touch» con «White Crosses» y «Dear Friend» es un disparo a quemarropa dirigido a la percepción de un público desbordante de adrenalina. Algo parecido ocurrió con «Thrash Unreal» y «Black Me Out», que reventamos. El final, con «Sink, Florida, Sink» fue casi un trámite que les permitiese decir adiós de forma tranquila, evitando que alguien echase los pulmones por la boca de puro cansancio.
Against Me! reafirmaron su posición como una de las bandas del momento, así como del estado de gracia de su líder, liberada de ataduras físicas y complejos, decidida a dejarse arropar por un público que ama su música por encima de todo, una pleitesía que se reafirma gracias a ese carisma que sólo la gente feliz desprende. A Laura Jane Grace y su explosiva banda se les recibirá con los brazos abiertos una y otra vez.
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