Con audacia y seguridad, el talentoso guitarrista se adentra en el mundo del blues, revolviendo entre sus cajones de recuerdos e influencias, agarrando un clásico aquí y otro allá para lavarles la cara y barnizarlos con parte de sí mismo. En Madrid / Texas encontramos al Salán virtuoso de siempre, mejor cantante que años ha, y más sentido a las seis cuerdas en un contexto que se lo exige. Ocho temas a destripar escucha a escucha, ocho de esos clásicos que llevan dando de sí décadas; otra vuelta nunca está de más.
Junto a los Majestic Jaywalkers (Edu Brenes a la batería, Juan Carlos Gibaja al bajo y Pau Álvarez a los teclados), Salán factura un redondo que suena fino y suave, de guitarras evidentemente protagonistas, que despertarán en más de uno las ganas de agarrar el instrumento y emularlo como se viene haciendo desde los primeros tiempos del rock. Jorge siempre ha destacado por su perfeccionismo técnico, pero aquí no se queda corto a la hora de llenar de sentimiento los fraseos. En realidad, lo que era el verdadero reto para él. Tramos lentos a lo BB. King y desarrollos veloces como lo de Joe Bonamassa, también tan precisos como los de éste, se pisan los talones en clásicos como «So Hard To Share», con un sonido fresco y moderno.
Dado que la banda quiso incluir voces femeninas en algunos temas, cantan Rebeca Rods en «Fire», el clásico de Hendrix y Gema Vau en «Teacher». También contaron con la colaboración de Jimmy Barnatán en «Stop Breakin’ Down», incursiones que resultan muy estimables pero que, dada la brevedad del trabajo -son «sólo» ocho canciones-, le hacen perder unidad al conjunto, a pesar de que la guitarra se lleva toda la atención en cada una de las canciones y es perfectamente identificable en cada momento. Siendo un trabajo de versiones, estando todas ellas marcadas con la garra personal del guitarrista, de haberlas cantado también, el trabajo habría resultado más personal.
Madrid / Texas, sencillamente, se puede gozar a través del prisma de arreglos, frases y resquicios que lo componen, todo un puzle de cuidadas bases blues y riffes que han influenciado a toda la generación posterior a su concepción, adornadas con algunos de los solos de guitarra más limpios, depurados y coloridos que uno puede encontrar en el blues rock de hoy. Salán y su trabajo a las seis cuerdas acercan el blues clásico al público de hoy día, refrescándolo y maquillándolo para disfrute de una generación lejana a la de los autores. Una tarea encomiable de la que ha salido bien airoso.
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