Cuando el río suena, agua lleva. Y si los entendidos dicen que vas a flipar con Michael Monroe en directo, te lo acabas creyendo. Cuando la premisa se cumple y al día siguiente tienes la garganta hecha ascuas, piensas: «hostia puta, qué conciertazo».

En la Copérnico se cumplieron horarios. El ambiente era asfixiante, en cambio. Un calor sudoroso y húmedo difícil de tolerar. El concierto de Star Mafia Boy, pienso, podía haberse alargado un poco más, pues tras 45 minutos, el madrileño abandonó el escenario, teniendo que esperar otros tantos hasta Monroe. Dejó rastro de una actitud que seguiría Michael multiplicando la exuberancia  por dos. Dio un concierto muy digno. Era la primera vez que veía a la banda, y he de decir que su punk rock ‘n’ roll encajó a la perfección en el contexto. Una Gibson tocada a guantazos de púa, acelerados solos de guitarra y bases vertiginosas. Mucha actitud, que o se tiene, o no se tiene. Fue el caso. Estos tipos le sacan brillo a la sala y la llenan de excesivo rock. Nos dejaron a punto.

A las 22:00 aparecía Monroe, y si para entonces el calor se había hecho notar, fue irrumpir el rubio y su máquina de killer rock ‘n’ roll sobre el escenario y notar que nos quedábamos pegados unos a otros. Las barandillas de la Copérnico apenas podían tocarse, pues chorreaban humedad. Hasta el propio Monroe añadió un abanico a su ambigua pose, más empapado que nadie. Nos dio igual. Qué forma de irrumpir, qué manera de salir a reventar, y qué pose. Tocaron todo del tirón, sin vaselina ni descanso. «Horns And Halos», «Trick Of The Wrist», «TNT Diet», tocadas a toda hostia, sin parar y sonando cristalinos.

Monroe salta, patalea, se enrolla el cable del micro al cuello. Gesticula, canta y mueve al público con facilidad, un público entregado desde el arrollador inicio, cantando estribillos, saltando. Flipando. Para el «Ballad Of The Lower East Side» volaron bebidas y algunos comenzamos a notar resentida la garganta. Normal… y es que, cómo funciona esta banda. Impresionante. Muy engrasados, con una base rítmica arrolladora comandada por un desatado Karl Rockfist y secundada por el simpático Steve Conte Sami Yaffa al bajo. Quitaba el hipo. La pareja de guitarristas, cumpliendo y posando. Cada uno lo suyo. Monroe es quien se ocupa de pasearse por la sala o subirse a las barandillas mientras canta. También toca el saxo, la armónica (ésta con algunos problemas al inicio), y se pone de los nervios cuando algo no suena bien. Si yo fuera su técnico, temblaría.

Un concierto de alguien consolidado que te deja con la boca abierta es fácil de resumir: brutal. Triunfaron entre el público tanto sus temas en solitario como los de Hanoi Rocks o Demolition 23, siendo especialmente celebrado el himno «Dead, Jail or Rock ‘n’ Roll», toda una fiesta. Tampoco nos sorprendimos cuando a los 70 minutos de concierto abandonaron el escenario por primera vez. Estábamos reventados. Hay conciertos de «corto pero intenso», y a otro nivel, están los de Monroe, que ametralla nuestros tímpanos y nos pisotea el cerebro con botas horteras, nos ensordece con sonido potente y nos deleita con actitud de rock star sin igual. Cuánto les queda por aprender a algunos…

A sus 52 años se mueve mejor, con más brío y de forma más incansable que muchas generaciones jóvenes. Ha sido (perdón, es) un currante del rock incansable, y se nota. Conciertos escandalosamente buenos como el de anoche en Madrid no se consiguen por casualidad, sino con experiencia, con ganas… y teniendo sangre para ello. Para eso hay que nacer. Monroe tuvo suerte y lo sabe aprovechar. Se ganó cada uno de los € que una sala a reventar invirtió en entradas agotadas días antes. Dejó un gran recuerdo, cuerpos para reposar en el sofá, y el listón muy alto.

Que nadie se lo pierda, ya sea en esta gira, o en la siguiente.

Setlist

1. Horns and Halos
2. Trick of the Wrist
3. TNT Diet
4. Eighteen Angels
5. Ballad of the Lower East Side
6. ’78
7. Stained Glass Heart
8. Soul Surrender
9. Child of the Revolution
10. Half the Way
11. Got Blood?
12. Modern Day Miracle
13. Underwater World
(Hanoi Rocks song)
14. Happy Never After
15. Nothin’s Alright
16. Dead, Jail or Rock ‘n’ Roll
Bis:
17. Hammersmith Palais
18. Malibu Beach Nightmare

La fotografía que encabeza el post es cortesía de Domingo J Casas.

by: Edgar

by: Edgar

A la música le dedico la mayor parte de mi tiempo pero, aunque el rock me apasiona desde que recuerdo, no vivo sin cine ni series de televisión. Soy ingeniero informático y, cuando tengo un hueco, escribo sobre mis vicios. Tres nombres: Pink Floyd, Led Zeppelin y Bruce Springsteen.

2 Comentarios

  1. Bounty Hunter

    Gran crónica, que hace impacientarme más aún para el concierto de Barcelona.
    Espero disfrutar de igual manera de Micheal and Co interpretando un «peazo» setlist como ese.
    Por cierto, es Sami Yaffa el bajista. Steve Conte es uno de los guitarras.

    Responder
    • Edgar Carrasquilla

      Corregido queda, se me han bailado los nombres…

      A disfrutar con él. Se gana el pan de sobra, de verdad.

      Responder

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