«Que corra el aire» es el noveno disco – octavo de estudio – de los madrileños Desastre. Fruto de los tiempos que nos ha tocado vivir de sopetón, macerado durante un lustro complicado en el que nuestras vidas han cambiado de la noche a la mañana e intentamos aún meternos de lleno en un giro de 180 grados que nos devuelva a una normalidad que por otra parte, vaya usted a saber como era de normal. Grabado entre septiembre y diciembre del año pasado en los Bulletproof Estudios por Daniel Patiño, Desastre nos ofrecen trece canciones que huelen a barrio, a relatos urbanos, a vida diaria.
El disco lo abre la canción que le da nombre, tomando como referencia sonora a Barricada. «Debajo del puente» cuenta con la colaboración de Zezi Symber (Embers of Pride), un medio tiempo urbano en el que la participación de ambas voces y ese toque actual que la canción posee le aporta sentimiento y fuerza a parte iguales. «Lejos de tu alcance» es más directa, con unas guitarras poderosas que frenan a mitad de la canción donde se convierte en un ska para finalizar con un golpe de riff. Sin perder el fondo ska pero con un pronto mucho más rockero nos encontramos con «Veneno». «Ruido de sirenas» muestra un riff de sonido clásico acompañado de unos vientos que le dan mucho color y luz.
«Kaxta» se presenta fresca y directa, gracias a los vientos, el teclado y una guitarra que imprime fuerza, junto a una melodía de voz que te lleva en volandas y tiene toda la pinta de funcionar más que bien en directo con ese estribillo. Aire jazz en la entrada de «Calma chicha» para dar paso a un preciso medio tiempo de corte rockero que muestra todas las facultades propias del rock urbano que predican Desastre. Una de la figuras míticas del rock potente de este país, Felix Lasa de Leize hace acto de presencia en «Liu Teilatu» que adopta los parámetros más potentes del disco, con esa melodía de voz que golpea y unas guitarras fuertes y acertadas. «Alto riesgo» sorprende con esa impronta funk que descubrimos en su música y el ritmo que impone.
Aires de raíces americanas en el inicio de «Dame un like» hasta que su riff nos introduce de nuevo en el sonido propio de Desastre con influencias tanto del rock urbano como del ska y un tono bastante melódico. Con «Rueda» nos encontramos influencias punk en esas guitarras mientras que a ratos la melodía de voz me recuerda a Reincidentes. Vamos llegando al final del disco con «La habitación» que recupera el ímpetu rockero con su sabor a calle, a bares de barrio, a esquinas cómplices y de su mano nos metemos en «Animal marcado» que pone punto y final a un disco sincero, variado y combativo.
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