Makaya McCraven, se ha convertido ya, en el músico de Jazz que ocupa la portada de las revistas especializadas. Los amantes del Jazz hemos sufrido hace unos días de la perdida de uno de los pilares más grandes del Jazz; Paharoah Sanders, que se merece más que unas líneas aquí, por lo que espero en breve tener la inspiración para escribir sobre él largo y tendido.
Al mismo tiempo de la desaparición de la faz de la tierra de semejante monstruo musical, aparece el disco de un músico llamado a ser grande para las nuevas generaciones. Llevo ya tiempo disfrutando de su buen hacer y del reconocimiento de la crítica y el público.
Uno de los mayores rasgos del jazz como actividad musical es su capacidad para acomodar muchos otros sonidos, enfoques e incluso géneros, lo que hace que su paleta de colores sea de lo más amplia, y pueda seguir regenerándose hasta el infinito. Aquello fue lo que comprendió Miles Davis y lo aplicó a su música hasta el último soplo. Desde ritmos mutantes de rumba de Jelly Roll Morton, al bop afrocubano de Dizzy Gillespie.
El beatmaker, batería y nuevo mago de la mesa de mezclas Makaya McCraven, nos ofrece un nuevo capítulo de esa evolución musical suya que parece imparable. Como una especie de Frank Zappa, Makaya, músico y técnico de sonido multidisciplinario, empalma y secuencia en composiciones que combinan lo orgánico y lo sintético con lo holístico.
Con su nuevo trabajo, In These Times, sigue con ese proceso que McCraven empezó con In the Moment en 2015 y continuó con Universal Beings. Y con ese Gil Scott-Heron reinventando y bautizado We’re New Again para rematarlo con Deciphering the Message en 2021. Aquí cuenta con más de una decena de colaboradores, grabados en cinco estudios diferentes y cuatro actuaciones en directo todo ello con ese extenso montaje de posproducción del que McCraven disfruta trabajando hasta la saciedad en su casa.
El disco es una amalgama tan disfrutable y tan llena de genialidad que me cuesta plasmarlo en unas pocas líneas, por lo que invito realmente al que le interese, que escuche la que puede ser la mejor evolución del jazz. Que disfrute atentamente de este disco que ofrece desde un cuarteto de cuerdas, a una especie de soul de cámara y funkrock progresivo de arreglos complejos. Tintes orientales combinados con ritmos caribeños, latinos y brasileños. Fusión de guitarra con flautas diáfanas, trompetas etéreas, cuerdas cálidas que te harán vibrar si te dejas sumergir en este magnífico trabajo de Makaya.
Fantástico.
gracias