Siempre es un placer poder escuchar a un tótem de la ópera como es Plácido Domingo. Alguien que sigue en el mundo lírico por amor a la música pues con ochenta y un años y una trayectoria impecable no es necesario mostrar nada, más tras sus problemas con la extraña política de la cancelación que sin juicio y sin posibilidad de defensa intenta acabar con carreras de gente que trascenderá a estos convulsos tiempos que nos han tocado vivir que consigue no poder homenajear como debe en un teatro tan suyo como es el Real que le laminó en el “Nabucco”.
Por ello se agradece al Tío Pepe Festival poder contar con la presencia de Plácido Domingo en un evento que además contaba con la participación de dos otros dos pesos pesados como son la soprano Ainhoa Arteta y el tenor local Ismael Jordi.
Empezó el espectáculo con la Orquesta Sinfónica de Málaga interpretando “El baile de las horas” para dejar una primera parte operística con arias de “Andrea Chénier”, “Carmen”, el “Macbeth “ de Verdi o “Werther” donde pudimos comprobar como Domingo ha cambiado el tono a casi el de barítono.
Estupendo como acometieron tanto las arias como los duetos, acabando con una polka de Johan Strauss.
Segunda parte en español con temas tradicionales, chotis como guiño a su Madrid natal, terminando con el “Libertango” de Piazzola y el “¿Me llamabas, Rafaelillo?” para una noche para el recuerdo con la noche y la luna jerezana de testigo.
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