Los madrileños Kepler por fin lanzan su primer larga duración después de aquel e.p. con el que se presentaron en sociedad allá por 2019. Formado por Daniel Casado, guitarra y voz, Jorge García, batería, Javier López, guitarra y Jorge Rivas al bajo, lo suyo es el punk rock influenciado por la deriva que tomó el estilo en los años 90 aunque incorporando mayores dosis de contundencia. Grabado e los California Studios por Victor Saiz, ya tenemos en nuestras manos este «Hasta que duelan los pies».
El disco lo abre «Invencible» en el que las guitarras rugen y la batería marca la velocidad como contrapunto a las dosis de melodía de la voz. De nuevo mantienen el ritmo alto en «Pedir perdón», de carácter directo que se presentan como una de esas canciones con visos de funcionar a las mil maravillas sobre un escenario. «Sin mirar atrás» presume de riff, sonido entroncando en el punk rock de los noventa pero con una mayor dosis de velocidad trabajando a conciencia la melodía presente en ella. «Distinto» juega en la misma división, una sección rítmica que aporta agresividad y marca unos tiempos acelerados a la que sigue la línea de voz que enfrenta de manera precisa dicha velocidad con una melodía característica que se convierte en marca de la casa.
Meten la directa con «Te echo de menos (pero estoy bien)» que invita al pogo frente al escenario para de repente girar hacia terrenos melódicos en el estribillo volviendo a acelerarse al final de este. ¡Muy interesante!. «Sobre el mar del olvido» se nos presenta más cercana al rock nacional de corte alternativo, jugando con los coros y un estribillo que luce con intensidad. «El eco de tu voz» comienza con unos precisos y preciosos apergios de guitarra para meternos de lleno en un medio tiempo que adquiere potencia al llegar al estribillo. Y tras la calma, la tormenta de decibelios de «Aunque el tiempo pase», rápidos, precisos, melódicos, estupendos. «Renegados» y «Volver a empezar» repiten con acierto sensaciones, formando un contundente bloque, una demostración de que Kepler tienen muy claro de donde vienen y dónde van.
Se endurecen con «Esencia» y ese riff predominante en el que las guitarras se tornan poderosas y el ritmo marcado crece en intensidad y agresividad, convirtiéndola en una de mis favoritas del disco. Terminan con «Adiós» que va evolucionando de ese comienzo como si un medio tiempo fuese hasta que rompe con fuerza y se lanza en picado en una precisa combinación de poder y armonía. «Hasta que duelan los pies» es caballo ganador y si te gusta el punk rock melódico, yo te recomendaría apostar fuerte por Kepler.
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