El universo DC se sigue expandiendo ahora también por la televisión gracias a HBO Max. Peacemaker es un spin off directo de El Escuadrón suicida de James Gunn. Gunn saltó a la fama gracias al tono irónico e irreverente del que dotó a Guardianes de la Galaxia de Marvel para ser fichado posteriormente por su rival. Lo cierto es que el tono de Gunn le sienta como un guante a héroes tan estrafalarios como Peacemaker. Estamos ante un héroe de gatillo rápido y neuronas bastante escasas, un tipo despreciable al que se le acaba cogiendo cariño por lo rematadamente idiota que es. Gunn dota a Peacemaker de su típico humor a base de chistes soeces, referencias sexuales y gore. Tampoco pierde la oportunidad de ridiculizar a ese sector de la población norteamericana amante de las armas y votante de Trump. Gunn se ve cómodo en esta historia de super héroes para adultos, lo que no deja de ser una paradoja, y opta por cachondearse de todo. ¿No es todo justiciero enmascarado un fascista que se toma la justicia por su mano? Concretamente, Peacemaker no cree en la ley ni la justicia: ama tanto la libertad que está dispuesto a matar a hombres, mujeres y niños para lograr su objetivo. Su ridículo credo se basa más en disparar primero y preguntar después, como un Harry el sucio hasta arriba de esteroides. Desde los trajes a las motivaciones de los justicieros, en Peacemaker todo resulta cochambroso y patético. Realmente se nota que Gunn está en su salsa en esta historia, si para ello tiene que destrozar a algún personaje como Vigilante convirtiéndolo en un imbécil, pues vale. Todo por el show. Sinceramente, considero una auténtica pena que un personaje tan interesante como Vigilante, uno de mis cómics favoritos de crío, aparezca aquí como un tarado. Espero que en un futuro tenga su propia serie y se le trate con justicia.
Sin embargo, en Peacemaker la fórmula no resultan tan refrescante ni adictiva como en El escuadrón suicida o Guardianes de la Galaxia. Peacemaker se deja ver aunque quizás no llegue a ser todo lo divertida que cabría esperar. A pesar de su humor macarra y sangriento, la serie tardó en engancharme. Creo que a Peacemaker le ocurre como a Harley Queen, puede funcionar como secundario en el rol de contrapunto cómico dentro de un film coral como Escuadrón suicida, pero al darle el protagonismo se evidencia que el personaje no tiene demasiado trasfondo. Quizás estos chistes no me resultaron tan provocadores ni el hard rock de los ochenta me fascina tanto como a los personajes. De la ridícula amenaza extraterrestre de la que nos tienen que librar Peacemaker y sus singulares colegas mejor no hago ningún comentario. Por cierto, no os perdáis las escenas post crédito de cada episodio: son absurdas, no aportan gran cosa pero son divertidas. Como toda la serie, vamos.
En el apartado interpretativo no hay mucho que añadir, está John Cena demostrando que es otra montaña de músculos capaz de reírse de sí misma y del típico personaje justiciero. Me gustó Robert Patrick en su eterno personaje de tipo más duro que un pedernal.
Lo dicho, se deja ver pero me esperaba más.
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