Es de agradecer que con la crisis mundial debida a la pandemia por el Covid- 19, algunos grupos hayan mantenido el lanzamiento de sus nuevos trabajos, como ha sido el caso de los estadounidenses In This Moment, que acaban de sacar su séptimo álbum titulado “Mother”, un LP, lejos de la contundencia del metalcore de sus primeras obras y que ahora gustan de ritmos más sosegados, oscuros y atmósfericos, perfectos para reflexionar en estos tiempos de incertidumbre económica y social.
Capitaneados por el guitarra Chris Howorth y la voz de una de esas “Criaturas Salvajes” que tanto gustan a nuestro admirado Pupilo Dilatado, los californianos nos presentan casi hora divididos en catorce cortes, de los cuales dos son interludios, con tres composiciones no originales y algunas sorpresas.
[divider]MOTHER[/divider]
El disco comienza con “The beginning”, un preludio con instrumentos de viento que parecen sacados de la serie “Vikingos”, en la onda de «Wardruna» o cualquier otro estandarte del folk nórdico que enlaza con “Fly like an Eagle”, versión del clásico de los setenta de Steve Miller Band (también la interpretó años después Seal), donde dejan los toques psicodélicos y el blues rock para encarar un “riff machacón” de metal industrial y la voz rota de Maria Brink que queda francamente bien. “The red crusade” vuelve a servir de introducción con sintetizador para enlazar a golpe de metal gótico con “The in- between”, el sencillo principal de “Mother”, donde predomina la oscuridad recordando por momentos al mejor Marilyn Manson, con esos cambios de voces, velocidades y cambios de ritmo. “Legacy” deja más protagonismo al sintetizador y a la voz rota de Brink, en un medio tiempo sobre la pérdida, más cercano a la parte más melódica de unos Evanescence, por poner un ejemplo, que a la brutalidad de sus inicios con esas voces guturales. Aun así, bonito de escuchar. “We will rock you”, mantiene la idea “mansoniana” de las versiones. Esta vez con Lzzy Hale de Halestorm y Taylor Momsen de The pretty reckless pero quedando lejos (muy lejos) en todos los aspectos del original de Queen.
“Mother” es otro medio tiempo en la línea de “Legacy”, con coros de reminiscencia “góspel” y estribillo próximo al pop. No demasiado para el tema homónimo. Mejor es “As above so below”, con esas guitarras contundentes y sintetizadores industriales “marca de la casa”, donde luce Maria Brink con cambios vocales de registro y una melodía y estribillo más que aceptables, al que sigue “Born in flames”, tema electrónico de ritmo tranquilo y sosegado, donde las seis cuerdas entran en el leve “crescendo” final. “God is she” no mejora el anterior aunque es más oscuro hasta el comercial estribillo y manteniendo la estructura similar de las dos canciones precedentes aparece “Holy man”, donde lo mejor es el pasaje instrumental y un final con guitarra acústica y órgano de iglesia.
El Lp recuperá potencia con la poderosa “Hunting grounds”, un eficaz dueto con Joe Cotela de Ded. “Lay me down” parece divida en tres: una primera que recuerda incluso al “Animal” de Pearl Jam, la segunda con un estribillo perfecto para corear y un desenlace más hímnico. Nos gusta mucho, sirviendo de prefacio a “Into dust”, que sobrepasa de forma holgada los seis minutos, forjando una alianza entre el ritmo atmosférico y el piano y que sirve de conclusión a un “Mother” irregular pero con más cosas positivas que negativas, donde los americanos siguen en busca de una evolución a terrenos más accesibles por un público más amplio y acercándose al metal gótico por momentos, sin dejar la base de metalcore que les hizo ser conocidos, con una Maria Brink cada vez más protagonista, algo así como el “jugador franquicia” en un equipo de la NBA.
Escuchado el disco te diré, me gusta, me he acostumbrado ya a este tipo de metal electrónico en búsqueda de más accesibilidad y abierto a las melodías pop, lo mismo le está pasando a Halestorm, The Pretty Reckless, New Years Day, Kobra And The Lotus o Sister Sin cada una en su estilo. No me vuelan la cabeza, prefiero siempre sus principios más crudos pero mola que evolucionen y prueben cositas. Cojonuda reseña camarada.
Muchísimas gracias, César. Es todo un elogio viniendo de alguien con tanto gusto y sabiduría musical.