Ser contemporáneo de una banda tan grande (pero tan desconocida y de culto) es un lujo que debemos apreciar en su justa medida. No nos engañemos, la banda de Bryan Small & Cia, oséase The Hangmen, siempre han sufrido los bandazos de la industria, siempre han tenido que llevar de la mejor forma posible su etiqueta de ‘loosers’ y esto ha sido duro, muy duro, lidiando con adicciones interminables, con rechazos contínuos de sellos discográficos ‘importantes’, ventas increiblemente pobres… A pesar de ello, The Hangmen resurgieron con fuerza en el nuevo milenio dejando una trilogía para quitar el hipo con esa mezcla tan fluida y expontánea de punk rock y american roots. Metallic I.O.U. (2000), Loteria (2004) e In The City (2007) son la fehaciente prueba de la pasta de la que Bryan Small estaba hecho…
Si ‘Buscas Sangre’, con los angelinos vas a tener toda la que quieras…
El hecho de sentirse unos ‘perdedores’ dentro del show business musical no ha privado a gente tan consagrada como Mike Ness, Brett Gurewitz (Bad Religion), Keith Morris (Black Flag, Circle Jerks) o Eddie Spaguetti (Supersuckers) de declarar su amor incondicional por el cancionero de la banda, de hecho Morris y Gurewitz ayudaron en sus primeras ‘demo’s’ y hasta Mr. Ness les llegó a producir In The City (2007) y son habituales junto a los ‘Supermamones’ en sus giras U.S.A. En estos días, se vuelve a repetir esta increíble dupla.
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The Hangmen – Cactusville – Cover
Cinco años después llegó East Of Western (2012), Bryan rebajó el contenido punk/hard incidiendo bastante más en la ‘roots music’ pero volviendo a dar en la diana emocional y tocando la fibra con esa autenticidad que siempre le ha caracterizado. Y bien, ni más ni menos que siete años hemos tenido que esperar para disfrutar de otro pedazo del alma de Bryan con su séptimo disco en estudio, Cactusville (2019), junto a Jimmy James (guitar)(Junkyard, Barrio Tiger), la excelsa Criatura Salvaje, Angelique Congleton (bass, vocals) y el recién incorporado Jorge Disguster (drums). Como en East…, las sonoridades country llevan todo el peso del disco, hay rock’n’roll, ¡claro que lo hay!, sobre todo en la primera parte del disco («Cactusville», «Lookin’ For Blood», el socarrón «Man In Black’s Hand»…) con esa agresividad y ese carisma nasal-vocal que Small impone. La cara ‘B’ es más íntima, entrañable y claramente campestre en cortes que le erizan a uno la piel caso de «Black Boots» tan Petty, o la tristeza derramada en «Don’t Look Back», de hecho hasta me da que el proyecto paralelo de Bryan, los The Best Western Players, están metidos en el ajo… En conclusión y como el mismo protagonista de este post declara: «… he tenido rondando en mi cabeza los discos de Dylan, Cash, Petty y Neil Young para componer los nuevos temas y servirme de terapia para mis propias ‘oscuridades’...»
Es un disco que merece la nota que tiene y mucho más. Puedes apostar por ello…
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