Parafraseando a mi compañera de correrías rockeras, sala pequeña gran concierto, no falla, y es que la energía que se consigue en los pequeños escenarios es mucho más intensa que en los grandes recintos, asépticos y ordenados, poniendo distancia entre público y banda, es otro rollo. Si añadimos la buena conexión entre los músicos, estamos ante una combinación ganadora.
Y eso mismo vivimos la pasada noche en la intima sala 3 de Razzmatazz, JARED JAMES NICHOLS y sus compañeros de carretera, nos acercan el final de su gira BLACK MAGIC, homónima de su último trabajo.
Afincado desde el 2010 el Los Angeles, se dio a conocer ganando el prestigioso Gibson Les Paul Tribute Contest al guitarrista más destacado del MUSICIANS INSTITUTE, ya en formato power trío y que no ha abandonado desde entonces. Ha girado con KID ROCK, ZZ TOP o LYNYRD SKYNYRD, y a pesar de su relativamente corta carrera, unos cinco años, ya se ha hecho un hueco entre los fans de la guitarra, Blues y Rock clásico.
A las nueve en punto se suben al escenario y sin preámbulos empiezan una descarga energética y apasionada que no dejó a nadie indiferente.
Last Chance y Don’t Be Scared enlazado con un tema instrumental ya nos pone en aviso, esto va a molar, casi sin descanso End Of Time y Can You Feel It? que en su parte final tras el saludo al respetable, se acaba convirtiendo en la primera sorpresa de la noche, una versión supervitaminada de La Grange que arranca una de las muchas grandes ovaciones de la noche.
El set avanza rápido e imparable entre cortos solos de bajo y batería y la complicidad con su sección rítmica, destacable la labor del bajista Gregg Cash, con una eterna sonrisa que en ocasiones como en la versión de BLACK SABBATH N.I.B se convierte en diabólica mientras aporrea las negras cuerdas de su instrumento, así como los momentos en que Jared improvisa y se apodera del borde del escenario o incluso entre el público, para desfogarse y quedarse tan ancho con sus sangrantes solos al más puro estilo Old School Rock, y sorprender a un par de fans metiéndolos en un jardín difícil de regar, colgándoles su Les Paul y animándoles a que continúen sus solos.
Haywire, Honey Forgive Me, Funk#49 (versión de JAMES GANG) y Playin’ For Keeps nos acerca al final de sus 95 minutos de actuación y tras una primera despedida y entre los “oes oes oes” del respetable vuelven a la carga para finalizar con una versión más, la magnífica Mississipi Queen de MOUNTAIN.
Lo dicho, 95 minutos de bolo, con una banda entregada y un estilo que pese a quien le pese, es inmortal y está por encima de modas y tendencias, que tendrá más o menos seguimiento, pero que tiene sus incondicionales, entre ellos este que aporrea las teclas de su portátil, recordando los momentos de anoche.
BLUESPOWER FOREVER.
TEXTO Y FOTOS: Metalmaniac.
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