Hoy toca hablar de la banda noruega Dunbarrow y adentrarse en sus parajes ciertamentes inquietantes y oscuros, y es que escuchar el debut de estos tipos es como meterse de lleno en la portada del primer disco de Black Sabbath, así de claro, y es que el album de debut titulado como la propia banda es todo un incierto viaje tenebroso en el tiempo a ese período comprendido entre el ’68 y el ’73 donde Black Sabbath y Pentagram daban auténtico miedo, porque los Dunbarrow otra cosa no tendrán pero el respeto por el espíritu, el sonido y la forma de grabar analógica de aquellos años es algo que se han autoimpuesto desde el mismo día de su nacimiento allá por el 2012.
La banda de Haugesund comienza sin prisa pero sin pausa hace cuatro años lanzando certeros singles cada año para ir alimentando a sus potenciales fans sin la necesidad de lanzar un disco completo, asegurándose de que los temas compuestos eran lo suficientemente redondos para ir dando forma a su personalidad y estilo hasta que en enero de 2016 conforman, por fin, su esperado debut en larga duración titulado como la propia banda, Dunbarrow (2016).
Prepárate para el ‘viaje setentero’ porque lo vas a disfrutar…
Al parecer, el motor compositivo de la banda es el cantante y frontman Espen Andersen que ha hecho también labores de producción y mezcla en la banda aunque, curiosamente, un tal Richard Chappel les ha echado un cable para las letras de tres cortes, supongo que por amistad por sus integrantes porque el resultado no
Heavy Doom muy entretenido y asequible, Proto-Heavy de principios de los 70’s y demás lugubreces es lo que palpamos en los surcos de los 9 temas en donde también nos damos cuenta de lo cercanos que se encuentran al sonido facturado por aquellos primeros y más espartanos Witchcraft y es que, a pesar de que la sombra de Iommy planee de principio a fin, las melodías y la forma de construir los temas me recuerda en muchos momentos a la banda de Magnus Pelander, no sin cierto toque Jack White en algún momento, caso de «Lucifer’s Child» en donde parece que White se haya pasado al Doom (je, je).
Inquietante clip, sí señor…
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Tengo que destacar también la semi-acústica «Guillotine» muy dramática en su interpretación además del excepcional corte final, «Witches Of The Woods», en donde uno hasta se puede abstraer perfectamente e imaginar esa inquietante presencia femenina en el citado debut de Sabbath.
Como siempre que puedo os cuelgo el disco pues aquí lo tenéis para que os dejéis ‘envolver’…
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