Siempre me he considerado un buen seguidor de la serie de “Star Trek”, aunque sobre todo de las películas, ya que de de la original de Gene Roddenberry no he visto lo que debería, y las series que se han hecho no han llegado a cautivarme, por lo que estoy lejos de considerarme un “trekkie” pero he visto todos los filmes. Y como casi todos los que hemos disfrutado de este serial, prefiero la tripulación de Kirk a la de Pickard, pues aparte del carisma de ambos capitanes Mc Coy, Sulu, Uhura, Scottie y, sobre todo, Spock han sido imposibles de igualar, aunque la franquicia empezase a decaer a principios de los noventa con las últimas entregas de la primera Enterprise hasta que un avistado J.J. Abrams resurgía una historia que parecía agotada rejuveneciendo a unos personajes que ya forman parte del imaginario del aficionado a la ciencia ficción, apuntándose a la moda de los “reboot” en la primera entrega y ofreciendo una buena historia en la segunda “En la oscuridad”.
En esta tercera Abrams abandona la dirección cediendo el testigo a Justin Lin, que ha decidido cambiar el tono de la dirección y al que se le nota en exceso ser el responsable desde la tercera hasta la sexta parte de “A todo gas” donde se entiende que la duración del plano sea ínfima, ya que es la “marca de la casa” de la serie pero que aquí no termina de casar bien, de hecho las peleas están rodadas en esa técnica y como suele pasar, por lo menos a mí, hay más de un momento que uno pierde la dimensión espacial y no sabe quien está pegando, contra quien y donde pues tal ritmo vertiginoso en el montaje consigue que se pierda casi cualquier espectador en ese marasmo de planos de tan escasa duración. Y eso que Lin tuvo buenos momentos como realizador en la segunda temporada de “True detective”, que si bien no llegaba a las cotas alcanzadas por Cary Fukunaga en la primera parte de esta magistral serie, si tuvo un buen tono medio a pesar de las adversas críticas.
Y en algún momento apunta un talento que por desgracia se pierde en su puesta en escena y esa forma de entender las batallas y que acaba por echar de menos a Abrams y pensar que podía haber conseguido con ese material, pues el guion, me atrevería a decir, es, tal vez, el mejor de estas nuevas aventuras, pues a pesar de no aparecer los “Klingon”, los villanos tienen entidad y el jefe de estos llamado Krall es un auténtico líder como lo es Kirk y que actúa movido por poderosos motivos en una forma bélica interesante basada en la vida de las abejas con una colmena imparable regida por su reina, en este caso rey. Los miembros de la “Enterprise” solo podrán evitar la catástrofe uniendo esfuerzos por separado en minúsculos grupos separados. Una interesante metáfora de entender la guerra, y la política, pues parece claro que lo que se nos narra es la lucha del individuo contra el colectivo, de la democracia occidental contra la barbarie y los estados totalitarios. Ya sabemos hace tiempo que la ciencia ficción siempre ha querido hablar del presente ambientando en el futuro, solo hay que ver las películas de Serie B de los cincuenta y sesenta en EE.UU. alertando de los peligros del comunismo con horrorosas mutaciones, extraterrestres hostiles y criaturas terroríficas que representaban a la Unión Soviética y sus satélites.
Lástima que una historia tan brillante y entretenida, pues las más de dos horas de metraje pasan en un suspiro, estén tan mal resueltas desde el punto de vista formal, ya que la dirección de actores es uno de los puntos fuertes, encabezados por unos convincentes Chris Pine y Zachary Quinto como Kirk y Spock, la eficaz Zoe Saldana que mejora a la Uhura original y la sorpresa que es Karl Urban, Ya que su Bones Mc Coy por fin tiene la prestancia que se le debe exigir al personaje, aunque todavía le falte ese punto de ironía científica que poseía el original. El resto bien, efectivos dando más protagonismo a Scottie, no en vano Simon Pegg, el actor que lo caracteriza es también el guionista junto a Doug Lung, así que hasta ahí normal.
Brillantes efectos especiales y acierto el seguir manteniendo a Michael Giacchino como músico, pues como de costumbre vuelve a recrear la atmósfera necesaria con su partitura demostrando ser de los mejores autores de bandas sonoras en la actualidad.
En fin, que “Star Trek: Más allá” es un estupendo “divertimento” para este final de verano, donde casi todo el pueblo soberano ha vuelto a sus puestos de trabajo, a la rutina del gris septiembre y la vida cotidiana, a los estudiantes volviendo a sus clases, a olvidar los amores estivales o a seguir la liga todos los fines de semana. Podría haber sido una gran obra pero se quedó en el intento. Casi lo mismo que nuestras vidas.
¿Cuáles comics de Roddenberry??? (Me parece que el autor está confundiendo esta franquicia con el Universo Marvel…)
Gracias por encontrar el error. No sé en que estaría pensando. Lo solucionamos y corregimos.