Stanley Clarke comenzó a trabajar con grandes del Jazz como Horace Silver , Art Blakey , Dexter Gordon , Gato Barbieri , Joe Henderson , Pharoah Sanders , Gil Evans y Stan Getz, pero fue sobre todo a raíz de su trabajo con el grupo de Chick Corea; Return to Forever, donde se dio a conocer. De ahí no solo salieron grandes discos, sino también una larga amistad con Lenny White y Corea. Pero no solo eso le une a Corea, también el ser un ferviente partidario de la Cienciología, y al igual que Chick, son muchos donde L.Ronald Hubbard tiene alguna mención, pero esto en el plan musical, que es lo que realmente nos importa, no entorpece en absoluto.
Aunque sus trabajos más conocidos son School Days y Journey To Love, prefiero Children of Forever porque es el primero de su extensa discografía, y el espíritu de Return to Forever está muy presente en él. Desde el primer momento, el bajo de Clarke literalmente te percuta el cerebro, construyendo líneas completamente alucinantes; Stanley parece estar improvisando la mayoría del tiempo, dejando que su bajo fluya de una manera tenue, pero firme. Corea se explaya perfectamente con su maestría al piano eléctrico, las voces de Dee Dee como las de Andy son los perfectos complementos para dar unas pinceladas vocales a los temas. Un disco de jazz muy vanguardista en su época y que ha envejecido perfectamente a pesar de los años que tiene a su espalda.
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Desde su portada futurista, ya se nos da indicios por donde van a ir los tiros, y es que no solo hay Jazz Rock, hay mucho más, progresivo, soul y mil maravillas sonoras, que harán las delicias tanto de los amantes del mejor rock progresivo como los del Jazz Rock. La verdad es que este álbum puede ser considerado una extensión de Return to Forever. Dee Dee en la voz, es la encargada de hacer el papel que tenía Flora Purim en Return to Forever y lo consigue con creces. El disco se cierra con la larga pieza”Sea Journey” que es un verdadero vendaval de sonidos y sensaciones. Corea se supera asimismo con su Fender Rhodes , Clarke estruja su bajo lo inimaginable, y algún guiño a “A Love Supreme” de Coltrane se desliza con delicadeza en todo este marasmo sónico. Un trabajo de Jazz Rock de altos vuelos, una obra emocionante, abismal e intensa. La similitud con el álbum «Light as a Feather» de Return to Forever, es muy palpable ya que fue grabado el mismo año, pero ambos se complementan perfectamente.
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