Circus Maximus, la banda noruega de metal progresivo, regresa este año con un nuevo álbum, Havoc, cuarto álbum en estudio, en el que vuelven a demostrar que los riffs más pesados sí que tienen cabida con la escena musical melódica, esto último, debido al timbre de voz de su cantante Michael Eriksen, voz que me llega a recordar en algunos momentos al cantante de Dream Theater, James LaBrie.
Havoc es un álbum donde el grupo, a base de nueve canciones irán relatando sus experiencias, y anécdotas, donde les llevaran a sentimientos tan enfrentados como es el amor y el odio. El disco en sí, es una gran experiencia musical, en el que Lasse Finbråten mediante su teclado se encarga de dibujar atmósferas basadas en experimentar musicalmente con los sentimientos a través de las formas musicales. De esta forma ek grupo da un paso adelante a la hora de interpretar cada tema, ya sea a nivel de grupo en general, y ya desde el primer tema, «The Weight», nos muestran su sello de identidad, el cual se puede describir como si fuera un pensamiento que empieza con un tono oscuro y frío, para dejar paso un aro de luz entre los compases de la canción. Un tema donde se ve como poco a poco dejan su faceta más técnica, para ir desfogándose dentro de lo sentimental, el cual llega a poner una canción con muchos contrastes musicales dentro de ella, haciendo de esta mucho más atractiva. Dejando pasar al segundo tema, con una técnica mucho más tétrica, y a falta de alguna voz más, se podría decir, que hasta teatral. “Highest bitter”, es un tema más cercano a los sinfónico, recreando atmósferas en los teclados y la guitarra, los cuales son el punto álgido de la canción.
“Havoc”, el tema encargado de dar nombre al disco, se nos muestra más cercana a los nuevos ritmos del metal, llegándome a recordar mucho a las producciones de Trent Reznor. Volviendo con «Pages» a sus fueros, dejando riffs a medio gas ante la voz de Finbråten, un tema muy pesado, con el tono melódico de la voz, que nos acaba dejando unos pasajes tan difíciles como hermosos . Con el tema «Flames», las melodías que mete en los estribillos, más cercanas al Pop, acaban configurando un paso de equilibrista a la hora de poder conjuntar un tema tan complejo como puede serlo, ante un disco donde se predomina el Metal. “Loved ones”, en el que dejan atrás los compases más oscuros y tétricos, para dar forma a una expresión que compaginan más los ritmos pesados con el sintetizador. Dejando un hueco para un solo de guitarra, el cual para mí, es uno de los más precisos que tiene el disco. “After the fire”, sin duda, es uno de los más técnicos que tiene el disco. El trabajo a cargo de la guitarra es impresionante, como frío en algunos momentos. Al igual que los teclados, los cuales lo dejan muy redondo en la parte más técnica de la canción. Dentro de su faceta progresiva, yo diría que “After the fire”, es el tema más completo del álbum, terminando con “Remember”, “Chivalry” dos temas donde el grupo siguen avanzando dentro del sonido de su música. Todo ello nos deja un álbum, para mí gusto, muy sinfónico, y arriesgado a la hora de encarar cada tema.
En sí, es un gran paso, y muy importante dentro de su futuro, el cual sigue recorriendo en busca de ese sonido definitivo. ¿Lo lograran algún día? Aptitudes tienen.
0 comentarios