Ya lo decía Omar Rodríguez-Lopez, guitarra de la desaparecida banda Mars Volta: “John Frusciante está en un momento en el que no le puede importar menos sacar su trabajo al público”. Desde que el guitarrista dijo adiós a los Red Hot Chili Peppers ha habido cambios en su vida. Ahora es un hombre casado y aclimatado que se centra en grabar en su casa la música que él quiere oír.
El CD abre en un espacio tenebroso con ‘Shining Desert’ pero recupera la conciencia con la solemne ‘Sleep’, donde Frusciante se sienta en un piano para cantar una letra que casualmente repite el título del último trabajo de los Chili Peppers, “I’m with you, I’m with you”. Al igual que en sus últimos libretos, la temática de sus canciones son metafóricas, espirituales, concluyentes y reflexivas. ‘Run’ se revuelve entre cambios bruscos de acordes y tonos mientras que el futurismo de ‘Run’ coloca los elementos en su sitio.
El LP va casi siempre acompañado de rápidas percusiones electrónicas, punteos a la velocidad de la luz y teclados caóticos, pero Frusciante deja un hueco para una edulcorante balada en ‘Fanfare’, una delicia para los que buscan más empaparse de su voz. La sigue su antagonista ‘Cinch’, un tema antagonista e instrumental que se emborracha de los instrumentos que más protagonismo tienen en el álbum.
En un disco de nueve canciones se agradece que caiga de vez en cuando un tema como ‘Zone’, donde los elementos se ponen en fila para dar entrada al falsete de Frusciante y terminar con con un limpio dueto de guitarras. ‘Crowded’ cambia el tono para desgarrar la voz del cantante y distorsionar la guitarra. Y con todo esto llegamos al final con ‘Excuses’, un caos en el orden que cierra la etapa más experimental de Frusciante, una etapa musical que pocos se esperaban en la que la electrónica, la frenética percusión y la experimentación que muchas veces recuerda al jazz levantan su estandarte.
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