Valóralo, cuídalo.
Estoy tan cansada de esos corazones rotos y de perder en este juego
antes de que comience ese baile…
Me arriesgo a decírtelo,
quiero algo más que sólo un romance,
eres mi destino.
No puedo dejar que te vayas, cariño, ¿no lo ves?
Cupido, por favor, apunta hacia mí.
Atesoro la idea de tenerte siempre aquí a mi lado.
Oh, vida mía, valoro la alegría
que sigues trayendo a mi vida.
Siempre lo estoy cantando, conserva tu fuerza,
tienes el poder de hacerme sentir bien,
y, amor mío, ni se me pasa por la cabeza
marcharme, jamás lo haría.
Nunca me conformé con esos encuentros casuales,
no puedo ocultar mi necesidad
de dos corazones que sangran
con ferviente amor.
Así es como tiene que ser,
Romeo y Julieta apuesto a que nunca sintieron así,
no subestimes, pues, mi punto de vista.
Atesoro la idea de tenerte siempre aquí a mi lado.
Oh, vida mía, valoro la alegría
que sigues trayendo a mi vida.
Siempre lo estoy cantando, conserva tu fuerza,
tienes el poder de hacerme sentir bien,
y, amor mío, ni se me pasa por la cabeza
marcharme, jamás lo haría.
No escaparás, no te dejaré.
(Quién)
(Tú)
Nunca podría olvidar que
“atesorar”, es la palabra que uso para recordarme tu amor.
Romeo y Julieta apuesto a que nunca sintieron así,
no subestimes, pues, mi punto de vista.
Atesoro la idea de tenerte siempre aquí a mi lado.
Oh, vida mía, valoro la alegría
que sigues trayendo a mi vida.
Siempre lo estoy cantando, conserva tu fuerza,
tienes el poder de hacerme sentir bien,
y, amor mío, ni se me pasa por la cabeza
marcharme, jamás lo haría.
Amor mío,
dame fe,
dame alegría, mi niño,
siempre te guardaré en mi corazón.
Conserva tu fuerza (me la estás dando)
(Me la estás dando a mí, pequeño) Nunca podría olvidar que…
(Sigues dándome toda tu alegría) Atesoro esa idea.
(Dame fama, dame felicidad, mi niño, siempre te llevaré conmigo)
(Guarda esa alegría)
0 comentarios