Tiene mérito que en el 2025 existan bandas que intenten reverdecer los viejos laureles del doom gótico que consiguió hacerse un hueco en la escena metalera en los noventa, merced al éxito de bandas como Paradise Lost, My Dying Bride o Tiamat. Y un tanto de esas formaciones encontramos en este disco debut de los italianos Harvest.

Un combo formado por la estupenda base rítmica de Omar a la batería y Elisa al bajo, las dos guitarras de Fabio y Matteo, quien además toca los teclados, y la “cavernosa” voz de Emanuele, conformando un grupo pesimista donde el abandono y la soledad son los motores de sus letras, junto a la cadencia en los temas largos y las melodías tristes y repetitivas que confirman en esta “opera prima” titulada “For the souls we have lost”.
Un álbum que comienza con el largo punteo de guitarra en “Born Alone” (no se empieza a cantar hasta el minuto y medio), sencillo de su Lp de presentación. Casi siete minutos de duración, con cambios de ritmo pero dominado por su “machacón” pero acertado “riff”.
“Floating leaves” ofrece más protagonismo a la batería y el sintetizador en el inicio, donde la voz de Emanuele no suena tan grave hasta el estribillo. Punteo central relajado pero la sensación de oscuridad no cesa un instante.
“In shape of beast” sin dejar de mantener la constante de todo el trabajo, sí ofrece un ritmo más pesado y contundente, dejándose notar más las dos guitarras. Como novedad posee lo que parece ser una transición central que acaba convertido en un instrumental en toda la parte final.

“Remenbrance” es un lluvioso interludio de poco más de un minuto, presidido por el sintetizador que precede a “Hunter of souls”, otro medio tiempo acelerado, con gran introducción guitarrera y la voz limpia de barítono aunque nos vuelven a ofrecer un reposado y oscuro punteo central de guitarra y sintetizador, acompañado de unos intrigantes susurros que anteceden a un desenlace de tonalidad grave.
“Shining moon” es la pieza más corta de las cantadas, con poco más de cuatro minutos. Más tesitura vocal de barítono y los cambios de ritmo y “diminuendos” propios de Harvest y de éste “For the souls we have lost”.
Para cerrar “The path of life”, canción que guarda ciertos paralelismos con la inicial “Born alone”, pues junto a esta son las dos más largas del álbum (“The path of life” pasa de los siete minutos), fue presentada como segundo “single” y su estructura, sin ser igual es similar.
Un acertado colofón a un notable disco que, a buen seguro, gustará a los amantes del doom gótico pues mantiene las tonalidades introspectivas y de vacío existencial que suele forjar estos siniestros viajes por la parte más negra de la psique humana.




















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