Shirocco han producido un disco al que se podría catalogar de pista de aterrizaje. Un disco que va al meollo. Al asunto que nos interesa. Actualmente la mayoría de la sociedad, sobre todo los más jóvenes —gracias, o a causa de las nuevas tecnologías, de la I.A.— está cada vez más lejos de llevar una vida real en la tierra.
Por esto, Shirocco utilizan los videojuegos como metáfora para hacer visible el reverso de las cosas. Ese lado oscuro que se extiende sin parar por todo el planeta. Como muestra la canción Pacman. Un juego conocido por muchas generaciones en el que eres el protagonista de una persecución por un grupo de seres sin cuerpo, que no dudarán en sacarte del tablero del juego de la vida.
En este momento de la vida, de nuestra existencia, nos tenemos que preguntar si estamos contentos con esta distopía que nos consume, por una parte, y nos arroja al autoengaño por otra. Es el momento de la revolución, nos dicen Shirocco. Y quizá haya llegado el momento de romper con todo, pero no a las bravas, para empezar otra vez. Sino con inteligencia, para poder continuar.
Edén es un disco con un título que nos da la esperanza de un posible Edén, pero tenemos que construirlo nosotros, claro está. Porque la tierra baldía se extiende por todo. Ay de aquel que la lleve toda consigo dentro, dice el poeta sabiamente. Pero Shirocco no quieren dejar las cosas como están. Es el momento de la Utopía. De salir de este estado en el que nos encontramos como sociedad, tomando conciencia de todo lo que nos cuentan de manera clara y sencilla; con una buena y cuidada instrumentación. Con unos pegadizos sintes y unas guitarras que rasgan el cielo para que interiorices este nuevo despertar.
De momento construirán su Paraiso Virtual. Construyamos pues cada uno nuestro paraíso. Quizá sea el principio de esta Revolución que empieza como una piedra lanzada a un estanque, cuyas ondas se extienden hasta llegar a todas las conciencias dormidas.
Entonces, ¿La libertad es un sueño? ¿Estamos soñando y no nos damos cuenta? Conquistemos pues nuestra libertad real desde cada uno de nosotros y unámonos después para celebrarlo, con este buen disco cargado de crítica social que los valencianos nos ofrecen. Se suele decir que quien siembra vientos, recoge tempestades. Pero quizá haya llegado la hora de romper también con esos refranes que nos limitan la existencia. Queremos más Viento Eléctrico, queremos más Shirocco. A partir de ahora, quien siembre vientos, recogerá libertades.
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