Esta historia comienza con un malagueño que soñaba con vivir de la música. Con sus canciones de letras costumbristas, cercanas y llenas de verdad, El Kanka ha construido una carrera que no solo le ha permitido vivir de sus canciones, sino también regalar momentos inolvidables a quienes lo escuchamos. Y el pasado 16 de mayo, en la Sala La Riviera de Madrid, volvió a demostrar por qué sigue enamorando sobre el escenario.
Durante una hora y media, nos llevó de la mano por sus temas más emblemáticos, en un recorrido que fue tanto musical como emocional. Desde aquellas canciones que nos arrancan una sonrisa hasta las que nos pellizcan el alma, el concierto fue una montaña rusa de sensaciones.
Uno de los momentos más especiales para mí fue cuando interpretó esa canción que rinde homenaje a mi tierra, Andalucía. Tiene la capacidad de transportarme a casa, de hacerme sentir más cerca de los míos. Fue sorprendente ver cómo, a pesar de estar en Madrid, se vivió con tanta intensidad. Quedó claro que los andaluces estamos en todas partes… y que Andalucía, de alguna forma, es también parte de todos.
El espectáculo fue sencillo en su forma: El Kanka, su guitarra, su voz y, en algunos momentos, su ukelele. Y no hizo falta más. Porque sus letras, cargadas de mensaje, de humor, de ternura y de vida, crearon una conexión única con el público. Un público que cantaba más que el artista y que bailaba sin preocuparse de los demás. El concierto parecía una fiesta entre amigos, con un ambiente cercano
Esta claro que El Kanka no necesita artificios. Solo necesita una canción llena de mensajes. Y allí estuvimos, los que compartimos su filosofía de disfrutar la vida, los que soñamos en grande y los que, como él, creemos que la felicidad se esconde en las cosas simples.
Texto: Marina Expósito
Fotografías: Paula Blake
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