Adaptación a la pantalla de la primera de una serie de novelas para adolescentes escritas por Scott Westerfeld. Y está claro que este es el público al que va destinado esta película que lleva por nombre “Los feos”. Cinta de ciencia ficción con cierta crítica social a la sociedad actual más preocupada por la belleza física que por la vida en sí, además de un compendio postapocalíptico de todos los males que asolan el planeta según la conciencia de hoy en día.
Un argumento donde existen dos clases sociales: una que tras sufrir una operación se convierten en jóvenes y bellos eternamente y otra que espera pacientemente su momento para dejar de ser apestados y mutar a la perfección. Un cambio que se produce a los dieciséis años.
Un film que, como se puede observar en su argumento, no es para nada original pues utiliza de base el libro de Aldous Huxley “Un mundo feliz”, con toques de éxitos cinematográficos de sociedades distópicas del futuro como la magnífica “Gattaca” de Andrew Niccol o sagas literarias (y trasladadas al cine) como “Divergente” o “Los juegos del hambre”. Un híbrido que ha necesitado de hasta de cuatro guionistas para esta primera entrega. Sin embargo, entendemos que para cualquier espectador mayor de edad es posible que la historia le parezca un cúmulo de “lugares comunes” y de corrección política. Un maniqueísmo que intenta dotar de cierta ambigüedad en su tramo inicial pero que va desvelando las razones que mueven a los personajes bastante antes del climax, dejando el final abierto para enlazar con las continuaciones.
Producto típico de Netflix, de gran factura técnica que dirige Mc G, un especialista en cine de acción desde que saltó a la fama con las dos películas de “Los Ángeles de Charlie”. Su puesta en escena es pulcra y artesanal, dotando a su intriga de buenas secuencias de persecuciones e integrando los efectos visuales a su ingenua trama. En ese aspecto, su labor es irreprochable aunque falta “alma” a la algo menos de hora y tres cuartos de metraje. Un trabajo más artesanal que autoral pero entendemos que ese es el resultado que se desea conseguir.
Una lástima que no hayan jugado con esa ambigüedad que se nos promete y que los personajes se queden en meros arquetipos sin ninguna profundidad dentro de un reparto de rostros jóvenes aunque algunos parezcan bastante más mayores de lo que deberían.
“Los feos” amaga pero no golpea y su crítica a la sociedad se queda en una mera sucesión de problemas que preocupan a las generaciones actuales. Una oportunidad perdida aunque, suponemos, que gustará a cierto sector adolescente como destinatario final.
0 comentarios