Es un auténtico lujo tener a un combo tan importante como es Kate Clover en El Puerto de Santa María. Así que gracias a RAS (Rock Action Sur) tuvimos la fortuna de poder disfrutar de la norteamericana dentro de su gira europea en un lugar tan alejado de los “focos” como es esta localidad del sur español.
El público de Cádiz lo sabía y llenó la Sala Milwaukee como hacía tiempo que no veíamos. Y es que toda la idea del concierto fue genial. Programado un domingo a las siete de la tarde (aunque empezó cincuenta minutos más tarde), día final de la “motorada” del Gran Premio de Motociclismo Jerez, precio ajustado y una fiesta previa en el patio de la Milwaukee amenizado por DJ Cherni.
A pesar del retraso en la hora de comienzo, la velada prometía como así fue. Así que poco antes de las ocho aparecían en el escenario los protagonistas de la noche, con los tres músicos masculinos, entre ellos la guitarra principal y coros para Brandon Welchez y el bajo de Charles Rowell, vestidos con traje y corbata negra y camisa blanca y Kate Clover con pasada en el pelo negra y vestido del mismo fúnebre color aunque con el cuello plateado y una Fender de color naranja. Una imagen que recordaba a The Hives (con los que han tocado en EE.UU.) aunque los escandinavos vistan de blanco. Una elegancia que contrasta con el punk que practican ambas formaciones.
Porque Kate Clover es una abanderada del nuevo punk californiano (son oriundos de Los Ángeles), acelerado, sin concesiones y con un toque de power- pop y “high school”. Un huracán en directo, como se pudo comprobar en su última visita por España. En este caso presentaba su segundo disco “The apocalypse dream”, presentado a principios de este mes, y el grueso del evento se basó en este LP y su primer trabajo “Bleed your heart out”. En la tarde gaditana pudimos escuchar de entrada “Tearjeeker” y “Love you to death”, tras un escueto “hola” en español como presentación, antes de pasar al corte homónimo del nuevo álbum y pedazo canciones como “Channel zero”, “Pleasure forever”, “Like a domino”, el estupendo sencillo “Here comes the love bomb”, “Disconnected”, “No more romance” y “Follow your heart”. Tocado con actitud, a toda velocidad y con los amplificadores al “once”, como de forma tan divertida explicaban en esa joya del falso documental como es el “This is the Spinal Tap” de Rob Reiner, lo que sí es cierto que en ocasiones hacía que la voz se escuchase algo menos. Aun así, sonó genial por lo que hay que felicitar al técnico de sonido de la Milwaukee porque no era una labor nada fácil.
Una forma de acometer su puesta en escena, basada en empalmar temas a lo “Ramones”, salvo algún saludo mientras afinaban cuerdas y esa estética a lo Debbie Harry de Blondie que tan bien funciona. Para el final guardaban alguna sorpresa pues cerraron con “Crimewave” pero antes tocaban una buena versión del “Stay with me” de Dictators, auténticos “reyes del punk” que el año pasado pasaron por Andalucía y hace años en un par de ocasiones en el extinto Serie Z de Jerez y otra en la Sala Supersonic de Cádiz, también desaparecida.
Quizás el mayor “lunar” de Kate Clover fue su duración pues la hora que tocaron se nos antojó corta. Mucha intensidad pero unas cuantas canciones más hubiesen sido de agradecer. Aun así, como señalábamos al inicio es un lujo que una futura estrella del punk viste estas latitudes tan meridionales.
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