Seguimos con los especiales grandes discos en directo, algunos olvidados, pero no por ello enormemente recomendados y otros completamente imprescindibles por su huella en la música. Si la ultima vez hablé de un disco de 1972, esta vez le toca a uno del 73, me estoy refiriendo a un año en el que salieron el directo de los Derek and The Dominos, el de Rod Stewart junto a los Faces, el Space Ritual de Hawkwind, etc.
Pero me centraré en uno en particular grabado el 21 de diciembre en Nueva York, concierto que formaba parte de la gira Berlin de Lou Reed, un directo que supuso para Lou uno de sus mayores éxitos de venta y ser considerado por la crítica y público como ¡uno de los mayores discos en directo de la historia! Un disco que en España tuvo el castigo de la censura, que en algunas ediciones no aparecían esos 13 minutos de Heroin y se sustituyó por una canción grabada en estudio, I Can’t Stand It y se completó con Vicious y Walk in the Walk Side! Tambien salió una copia más rara en la que sí aparecía “Heroin” pero con un sonoro; biiiip, biiiip, prácticamente sobre todo el tema. ¡Tuve las tres ediciones por aquel entonces!
Un disco del que Lou renegaba, culpándolo de que quería ser popular y lamentándose ¡de haber grabado dicho directo!! La verdad es que Reed por aquel entonces estaba siempre puesto hasta arriba y tenía las neuronas que percutían en su cerebro constantemente, siendo un tipo peligroso al acercarse a él y sobre todo al llevarle la contraria. Un disco que le voló los sesos a Lester Bang que no paraba de hablar del él y se obsesionó con Lou en una especie de lucha amor y odio que les unió de una manera tóxica.
Un disco que cuenta con dos guitarrista, Steve Hunter y Dick Wagner que se entremezclan a lo largo y ancho del concierto, a lomos de un bajo tocado por el indio Prakash John. Reed interpreta 4 temas de la Velvet de los cinco que contiene el disco. “Lady Day” es el único que no es de la Underground y pertenece al disco que presenta el neoyorquino. “Rock And Roll Animal” es un disco impuro, loco, donde Lou deja a sus músicos lanzarse al vacío, donde canta y habla sin temor, lejos de lo que luego ofrecería, unos bolos siempre impecables pero algo encorsetados y donde todo estaba bien medido. Aquí Reed ofrece puro Rock excitante, jubilatorio, loco, dejando la maquina lanzada a todo trapo. Destacando el dueto de guitarras en la parte central del último tema y que en un potente “crescendo” se van uniendo todos los demás. Mas ese comienzo con un tema compuesto por el guitarrista Steve Hunter, llamado simplemente “Intro y que esta en la memoria de todos los que disfrutamos con este disco.
Y para terminar una curiosa anéctoda sobre este artefacto tan sublime; el álbum no corresponde exactamente con la grabación de aquel concierto en NYC, por motivos de calidad en el audio en la mezcla posterior se decidió suprimir los aplausos y silbidos originales, para cambiarlos nada más y nada menos ¡que por los de un concierto de John Denver ! Es decir, en un mismo disco se junta lo blasfemo y el enaltecimiento, lo perverso con lo pulcro… ¡¡Lou y Denver!! Jajaja.
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